Coctelera

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Existen empresarios más fuertes que el británico Jack El Destripador. Eso de atreverse a decir que se rompió el consenso, para el asunto ese de la reforma fiscal, eso, mi querido Magino, es tener más flema que Scotland Yard. ¿De qué reforma del carajo es que hablan? ¿Y de qué consenso? Si fue el logrado con el padrinazgo de monseñor Agripino Núñez, fue un consenso de unos cuantos, pues tan pronto se firmó, otros comenzaron a darle vejiga y a quejarse de que los dejaban en condiciones imposibles para la competitividad.

Empresarios “consensuados” acudieron a la Cámara de Diputados y le entraron a dos manos a lo que se decía que apoyaban y más firmas que el diantre….. Los partidos políticos de la oposición hacían de las suyas y colocaban banderillas al gobierno. El Congreso Nacional, al aprobar unas transferencias por más de 10,000 millones cogió lo suyo es decir, se aumentó sus partidas en esas transferencias, pues Leonel solo soltó una boronita. Gestiones de Hans Hertell, gestiones del FMI, gestiones de Agripino, los empresarios jugando al brinca la tablita, los turistas, zonas franqueros, ganaderos, cada uno buscando lo suyo y los días pasando. Los diputados de la oposición modificaron la propuesta original, pues a esa gente le ha nacido, de pronto, un amor por la clase media y por los pobres, que tienen hasta sus propias ONGs para ayudar a estos últimos, ONGs mantenidas por los pendejos contribuyentes a través de un presupuesto que aprueban los propios legisladores en un hecho sin precedentes en la historia legislativa del país. Ahora todo se ha aplazado para el martes. Allá a buscar consenso. Mientras tanto, ¿alguien puede decirle al gobierno que lo eligieron para que gobierne, no para que busque consenso o algunas pendejadas de esas. Consenso quiere decir unanimidad, y ¿qué unanimidad puede lograrse en materia impositiva? ¿Acaso no se han dado cuenta por estos lares, que cada grupo quiere colocarse la carga impositiva que debe pagar aunque eso fuña a los otros? Ahora, con más gusto que el carajo, se aumenta a un 30 por ciento la carga de quienes perciben ingresos mayores de 900,000 pesos al año, no dicen que de 75,000 al mes? Pero, ¿cuánto pagarán los lerenes que perciben más de un millón de pesos mensuales?. No hay duda alguna, querido Magino, y perdóneme, ahora comprendo por cuales motivos el doctor Joaquín Balaguer hacía muchísimas travesuras por decreto para que después los otros afincaran. Así tuvo que proceder con la reforma del 91 o del 92 y a los más jodidos les fue más bien que el carajo….. Querido Magino, quien escuchaba ayer a Blas Peralta a través de la televisión, sentía más miedo que aquellos que oyeron a La Pasionaria advertir de su muerte a Calvo Sotelo, en el parlamento ibero, antes de que estallara la guerra civil española. El señor Peralta, con cara de pocos amigos, decía que si se persistía en la cuestión del Metro, su gente pondría a temblar el país, de punta a punta. ¡Ni Jimmy Hoffa en sus buenos tiempos! El tránsito había sido paralizado en la Máximo Gómez arriba y los tapones molestaban como el carajo, mientras renovianos y otras yerbas se daban gusto dando gritos. Pero llegó San Diandino, patrón del Metro, con un producto viejísimo llamado suavizina. El astuto y trabajador ingeniero que dirige los trabajos de construcción del Metro elogió a los camioneros. Como si se tratara de un líder tronkista, dijo que a estos abnegados servidores de la sociedad no se les dejaría fuera. Es más, casi les indicó que el Metro se construía para salvar camioneros. Y vino, entonces, la inyección de metaguano con promesina, ingrediente básicos de la suavijina. Los camioneros recibirán un elevado porcentaje de la carga que dejan las porquerías que salen de los trabajos para la construcción del Metro. Y todo se acabó. Punto final al “mal entendimiento”. No hay duda alguna de que Diandino se graduó e hizo sus estudios, para el máster, en la “universidad doctoriana”, que tuvo por maestro de doctrina a don Polibio….. El Nacional trae un título de primera página de lo más qué sé yo: “Huracanes prefirieron no venir RD”. ¿Y sabe usted por qué? Sencillamente, hubieran tenido que pagar peaje o se los hubieran robado. Así de sencillo.

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