Coctelera

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 “En abril de 1970, la Suprema Corte de Justicia confirmó, definitiva e irrevocablemente, la sentencia mediante la cual se ordenaba la devolución de todos los bienes arbitrariamente confiscados a su legítimo propietario, el industrial salvadoreño Elías Gadala María”.

 Así dice un párrafo de un anuncio publicado el martes último por los hijos del fenecido señor Gadala María, anuncio dirigido a las autoridades para denunciar la supuesta falta de seguridad jurídica en el país al tiempo que se reclama la solución a un problema que los involucra desde hace años…  Mire Maginito, usted me va a perdonar pues recurro a la memoria, pero creo que el párrafo transcrito al comenzar este dialoguito no se corresponde a la verdad en cuanto a la forma aunque se puede colegir que sí es cierto en cuanto al fondo se refiere.

 Tengo entendido que los bienes que reclamó en vida el señor Gadala María y hoy lo hacen sus hijos, fueron confiscados, en primera instancia, durante el gobierno del Consejo de Estado que mantuvo el poder hasta el 27 de febrero de 1963. Gadala María apeló la sentencia condenatoria y la Corte de Apelación, de Santiago, modificó el fallo, disponiendo la devolución de los bienes incautados al industrial centroamericano.

 Ocurre sin embargo, que la sentencia de la Corte se conoció públicamente once días después de dictada. Si la memoria no me falla, entiendo que el diario El Caribe la destacó al conocerla y eso movió al entonces procurador general de la República, licenciado Carlos Rafael Goico Morales, a interponer un recurso de casación. La Suprema Corte de Justicia, a su debido tiempo, falló el caso, y estableció que el recurso de casación fue interpuesta por el Estado fuera del plazo prescrito por la ley y que, por tanto, dicho recurso era rechazado.

 Así se mantuvo vigente el fallo de la Corte de Apelación santiaguense que ordenaba devolver los bienes a Gadala María, pero es obvio que la Suprema Corte de Justicia, en momento alguno, tocó el fondo del litigio entre el Estado y el industrial centroamericano…   Por ahí viene zumbando la vigésimocuarta bienal de artes plásticas, un tremendo espectáculo que patrocina el Estado. Es oportuno, por tanto, hacer una preguntita idiota: ¿Están en poder del Estado las obras premiadas en las veintitrés exposiciones anteriores? ¿Dónde están todas esas obras?…  La Suprema Corte de Justicia acaba de declarar inconstitucional las medidas que reducen los incentivos para las industrias que se establezcan en la fronteras con Haití. ¡Bravo! Desarrollar la zona fronteriza es un deber de todos.

 Hay que buscar la forma de que las poblaciones de dicha zona se movilicen, que puedan entrar por una senda de progreso…  Maginito querido, el diputado Pelegrín Castillo, de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), aliada del gobierno, es un legislador que honra la Cámara Baja y a la sociedad a la cual pertenece. En ocasiones me luce como una especie de Quijote legislativo que lucha contra unos molinos de viento que se llevan de paso a cualquier hombre serio.
Ahora, Maginito, Pelegrín Castillo vuelve a pedir al presidente Leonel Fernández que use los canales de lugar para reclamar a las Naciones Unidas que retire un convenio de límites marinos suscrito entre Gran Bretaña y República Dominicana, dado que ese convenio jamás fue refrendado por el Congreso Nacional, como ordena la Constitución de la República.

En ese convenio, Maginito, que tanto parece gustar a unos cuantos dominicanos de nombre, regala unos 40,000 kilómetros del área marina quisqueyana. Y eso no es justo. Pelegrín Castillo también ha sustentado posiciones muy definidas en el problema domínico-haitiano y por eso se ha ganado epítetos que siempre tienen a mano los haitianófilos del patio.
El combativo diputado, sin embargo, no es hombre de bajar la guardia cuando se trata de defender los intereses del país…Maginito, entonces tenemos que el 78.7 de los dominicanos favorece el sistema democrático de gobierno, según revela la Encuesta de Opinión Pública de América Latina.

 Los dominicanos, según esa encuesta, superan a los ciudadanos de los demás países que fueron entrevistados para lograr la muestra…   Como que no estaría demás investigar eso de que un periodista de Neyba pasó seis días preso, sin cargo alguno y ni siquiera lo registraron como preso. Creíamos que los tiempos para esas vagabunderías habían pasado. ¿O es que todavía se mantienen vigentes aquellas expresiones que dirigió el fenecido periodista Rafael Herrera al entonces presidente Joaquín Balaguer: “Presidente, es que un cabo de la Policía o del Ejército, en las proximidades de la frontera, manda más que usted en el Palacio. Herrera se lo dijo personalmente a Balaguer y en presencia de directores de varios periódicos de la ciudad. Para quienes llevan anotaciones y tienen mala memoria.

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