Bien, Maginito, de buenas a primeras se anuncia que Venezuela prestará 173 millones de dólares al país. Un préstamo más o un préstamo menos no debería causar sorpresa en una nación en deuda hasta la coronilla y que estará pagando deuda externa por los siglos de los siglos. En cuanto al préstamo de los 173 millones con los venezolanos, caro viejo, sería interesante que el gobierno hiciera las explicaciones de lugar, pues se habla de la compra de una flotilla de vehículos para el transporte urbano y de más está recordarle la ingrata experiencia que se tiene en esa materia. Por pura coincidencia, viejito del alma, la firma del crédito coincide con el grito del director de la OMSA, de que necesita más vehículos para atender la demanda de los pasajeros. ¿Más vehículos? Sería interesante, primero, que se mostrara al país el estado en que se encuentran los adquiridos, digamos, en la pasada administración. Esos vehículos no le duelen a nadie en particular y solo basta que salgan a las calles, nuevecitos, para que los estrenen con choques, choquecitos y choquesotes. ¡Y como aquí no sancionan a nadie en particular!…

Maginito, Tonty moviliza su gente para que apoye la creación de la provincia Santo Domingo Oriental. El presidente de los diputados, el perredeísta Alfredo Pacheco, se da por aludido ante supuestas o reales amenazas hechas por Tonty y le dice que él, Pacheco, no tiene cola que le pisen. Mientras tanto, Magino, ¿cuándo convertirán la calle El Conde en provincia? Esa calle tiene más recursos que algunas provincias dominicanas. Y hasta más población!…

Llama la atención, mi querido Magino, el cargo que tira el presidente de los detallistas de gasolina: la Secretaría de Industria, desde hace meses, cobra veinte centavos por cada galón del combustible y cuatro cocos por el de gas licuado de petróleo, todo fuera de ley. Eso, según entiende, produce 462 millones al año al Estado. El cobro no está establecido en la Ley de Hidrocarburos. De algo puede usted estar seguro, mi querido Magino, desde Industria y Comercio darán la callada por respuesta y desde Anadegas no llevan el caso a la Suprema…

El día en que los periodistas y los gobiernos se unan, nos acabaremos de fastidiar. Por más buenas intenciones que existan, de parte y parte. Mire, Maginito, la labor crítica jamás debe desaparecer del medio. Eso es fundamental. Esa labor crítica tiene que ser bien ponderada, meditada, persiguiendo, única y exclusivamente, el bien común. Pero eso de la «unión», mire viejo verde, mejor es no hablar de esa pendejada, para que no «bajen líneas»…

Cuba ofrece 1,500 médicos a Estados Unidos para que trabajen en las zonas de desastres del sur estadounidense, en zonas devastadas por el Katrina. Los norteamericanos dan la callada por respuesta, hasta ahora, y los cubanos recuerdan su oferta, cada día, cada hora…

El decano universitario afirma que analfabetos ejercen como abogados en los tribunales dominicanos. ¡Mamacita! Pero vale aclarar, para consuelo de los abogados, que analfabetos hay en todas las profesiones, sin excepción alguna…

Querido Magino, muy sensatas las declaraciones formuladas por el presidente de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, doctor Leonardo Matos Berrido: el Estado no se encuentra en condiciones económicas para emprender un programa de «remodelación» del Estadio Quisqueya. Es el proyecto que algunos llamaban «Beisbolandia». Pero no entiendo, Magino, cómo es posible que un plan tan atractivo como ese sometido a la consideración oficial, no genere deseos de cristalización en el sector privado. El gobierno podría aportar el propio Estadio Quisqueya y las tierras que le circundan en la compañía mixta que se forme. ¿Se imagina usted cuánto vale el Quisqueya y cuánto cuesta cada metro cuadrado de terrenos en sus alrededores? El sector privado, entonces, podría hacer las inversiones de lugar para construir los proyectados hoteles, bares, restaurantes, cafeterías, centros de diversión, etc. Y se formaría, así, una tremenda empresa mixta, sin la necesidad de que los pendejos contribuyentes tengan que hacer aportes en efectivo, como parece que se buscaba. El Quisqueya, entonces, sería de «grandes ligas», como lo quieren algunos, sin la necesidad de que se sustraiga dinero a la educación y a la salud, que sufren toda clase de privaciones.