Coctelera

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Bien, mi querido Maginito, ¡abróchese el cinturón!, que llegó el día en que el gobierno dizque anunciará las medidas dirigidas a ahorrar combustibles. Hay quienes desean estar seguros de algo que no se defraude a los niños que dicen que se «salvaron», pues un día a la semana laborable, no recibirán docencia, pues sus padres nada más tienen un carrito para moverlos. Desde luego, caro viejo, cualquiera diría que a eso hay que darle marcha atrás, pues la medida no luce la más sensata. Y si por justicia la pendejadita se extiende a los carros oficiales, el número uno podrá salir un día y a abstenerse de hacerlo al otro, mientras que el número dos tendrá que jugar la misma base a la inversa…

El pasado sábado se conmemoró el septuagésimoquinto aniversario del paso del huracán San Zenón, que destruyó la entonces aldeana capital dominicana. Y un chusco comentó que todavía quedan unos cuantos damnificados de ese fenómeno de la naturaleza. Hay que tomar en cuenta que después del paso de San Zenón, no había «chulín» que se atreviera a jugar con eso de los damnificados, pues gobernaba Don Fello, el de San Cristóbal, que tenía los juegos más pesado que el carajo…

Caro Magino, si la alta dirigencia perredeista llegará a mil miembros, tendrá que celebrar sus reuniones en el Teo Cruz o en el Palacio de los Deportes. Y si es como dice el joven y flamante secretario general, Orlando Jorge Mera, que el perredeísmo está cansado de grupismo y cosas parecidas, el descanso tendrá que ser largo y tendido, pues el cansancio no debe ser una pendejadita…

En el reformismosocialcristiano hay quienes no desean la vuelta de Carlos Morales Troncoso y su combo show. Cuando memos la joven secretaria de organización, Sergia Elena de Selimán novata de primer año en las mayores, habla de que a Morales Troncoso y a sus compañeros del llamado que se yo que consejo presidencialista o presidencial los afuerearon del peledeísmo o del gobiernismo. Y la señora cree que si Morales Troncoso y sus muchachos desean volver, tienen que renunciar al gobierno –sueño de Pilarín– y entrar al PRSC como soldados rasos. ¡Mamacita!…

Por el lado del peledeísmo las cosas, aparentemente lucen más tranquilas, pero la renuncia del Gustavo Montalvo de organismos oficiales abre interrogantes en la opinión pública, pues se da por un hecho cierto que el funcionario, respetado desde hace muchos años, toma las de «villadiego» no conforme con manejos y manejitos digitales. El gobierno, oficialmente, nada ha explicado de ese asunto y es difícil que lo haga. Mientras tanto, se celebran aniversarios digitales y digitalitos, con profusión de gráficas y cosas por el estilo. Me contaban ayer que en vida del profesor Juan Bosch, y en una reunión de jureles, nada menos que en presencia de don Juan, el entonces joven Montalvo le entró a dos manos a un muy alto dirigente peledeísta al cual llamó «comerciante» en los días en que se hablaba de «servir al pueblo para servir al partido». Por cierto, como que esa frase no ha sacado placa para este año…

Los «viajeros» que fueron soltados en Boca de Toro, haciéndoles creer que habían llegado a Puerto Rico –por lo cual celebraban su fiesta– se deben sentir contentos. Es mejor así, que lanzarlos a las aguas del Caribe, como se ha hecho otras veces. Cabe esperar que la justicia, con Código Procesal y todo, castigue como es debido a los organizadores de estos viajes ilegales con los cuales explotan a tantos infelices. Y es una lástima que a la hora de las podas solo se puedan cortar ramitas y no oír a los troncos de verdad…

Ya si es verdad, mi querido Magino, que nos acabamos de fuñir. Ahora hay también «rolazos» en adición a los picazos. Rolazo es cuando un funcionario pasa el rolo para iniciar la pintura de una pared. ¡Ah la chulería que inventa cosas!…

Los dirigentes de Asonahores son unos diablos a caballo. Defienden su causa con un lenguaje de altura, diplomático si se quiere usar ese término. Aprovechan su bella feria para defender sus intereses y para exponer al país, con marcada claridad desde su óptica, lo que entienden que son los perjuicios que dejará la reforma fiscal a la actividad que regentean. Sin duda alguna que a gente que se expresa así, lo menos que puede hacer el gobierno es escucharla con atención y debatir con ella los puntos de vista expuestos. ¡No, por nada!

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