Coctelera

Coctelera

Puede que desde su óptica muy particular, el perredeísmo quiera lograr puntos internacionales con la denuncia de la muerte de dos de sus regidores en Piedra Blanca, Bonao. Pero cualquiera se pregunta, Maginito, ¿no se enterarán en la Internacional Socialista, en la Copppal y dónde sea, que también murieron allí dos dirigentes del partido oficialista, dirigentes que no se suicidaron? No, por nada…

Diario Libre, mi querido Magino, trae ayer una información que debería ser explicada bien por alguien del gobierno: que a contar de 2009 se cobrará un diez por ciento sobre el beneficio que dejen los ahorros de cuentas en el exterior. Se supone que serán cuentas de dominicanos que producen su dinero en el país, porque no se pretenderá cobrarle a los criollos que fabrican sus bienes en el extranjero y pagan allí sus impuestos. Además, ¿cómo será posible que la autoridad tributaria local detecte las cuentas para cobrar? ¿Habrá algún nuevo acuerdo fiscal con los norteamericanos que le permitirá eso? ¿O será por el siempre jugoso y productivo sistema del chivateo?…

Me decía ayer un viejo amigo que este es un país raro, pero tan raro, que se hace una reforma tributaria y se margina de las reuniones para discutir los puntos de dicha reforma al secretario de Finanzas. Pero esa es la verdad, caro viejo. Aquí no amarran los perros con longaniza, por lo caro que cuesta la vara de longana…

¿Que aquí somos benignos con los contrabandistas? ¿Y qué? ¿Qué se quiere? ¿Qué esos abnegados servidores de la sociedad sean encarcelados, condenados, maltratados mentalmente? No fuña usted la paciencia, viejo Magino. El contrabandista es un ser que reclama amor, gratitud, devoción. Es un ente que beneficia a todos por igual. Que busca que los productos que trae lleguen a excelentes precios a los consumidores, especialmente las bebidas alcohólicas. Poco o nada importa que se fastidien quienes pagan religiosamente sus impuestos. Esos están en minoría. Además, el contrabandista reparte y crea un efecto multiplicador. En vez de pedir a los jueces que sean estrictos con los contrabandistas, que los encarcelan, que les pongan restricciones, cuanto deberíamos hacer es un homenaje nacional al contrabandista. Y mientras más ladrón sea, que mayor sea el tributo de una sociedad agradecida. Por eso, reiteramos la petición que hacemos desde hace tiempo: que se consagre el Día del Contrabandista, que se levante el monumento al contrabandista desconocido y se instituya la orden del contrabando, con varios distintivos, para honrar a los señores que se burlan de todo el mundo en este caótico país donde el relajo es la institución más sólida que se conoce…

Los médicos alergólogos están de plácemes. Se supone que su clientela aumentará en forma escandalosa, pues el Ayuntamiento local ha dicho que el 70 por ciento de los árboles sembrados en esta ciudad producen alergias. ¿Habrá alguna alergia al trabajo? Cabe suponer que esas son las conclusiones de estudios realizados por especialistas y por eso los alergólogos esperan los clientes de la epidemia. En cuanto a que el Mirador del Sur era un nido de delincuentes, ni modo, eso puede ser verdad, pero hasta donde se ha podido establecer, ningún árbol asesinado tiene la culpa de eso, y no me van a decir que la delincuencia es alergia. Es producto de un cúmulo de vainas que es mejor no citar —por lo difícil del caso— y para que la sensible epidermis de la autoridad —vamos a llamarla así— no se irrite y contraiga alguna alergita…

Maginito querido, reitero cuanto le dije hace un par de días: favorezco que el creole se enseñe en el país. Creo que eso es muy bueno. Ahora bien, para evitar malas interpretaciones, los libros que se usen para esa enseñanza tendrían que estar en manos de las autoridades dominicanas, ser aprobados por éstas, para que se circunscriban, única y exclusivamente, a la enseñanza del dialecto. Lo que no apoyo es un libro que me dicen se usa por ahí, donde se enseña el creole, que se identifica como obra de la Pastoral Haitiana y el Arzobispado (se supone que de Santo Domingo) y que suelta más imágenes haitianizantes que el carajo. Eso no. Pero nuestras autoridades son tan indolentes en esta materia…

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