Coctelera

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Radio Bemba, mi querido Magino, da cuenta de un supuesto proyecto para fusionar tres bancos del sistema, los tres en formidables condiciones económicas. La supuesta fusión crearía un bancazo. Seguiremos informando… El 9 de junio de 1992, un cilindro de gas licuado de petróleo contaba setenta pesitos. Y uno protestaba porque le cobraban, adicionalmente, veinte de los podridos por el transporte del citado cilindro. Amén… Amable Aristy Castro no se puede quejar.

El reformismo llenó el Palacio de los Deportes para aplaudirle, en forma delirante, en su proclamación como aspirante a la nominación presidencial con miras a los comicios del 16 de mayo del año próximo. Siempre se lo hemos dicho, Amable no es un agitado manicito tostado. El viejo dirigente político recordó que ha ganado catorce elecciones y que permanecerá invicto. Desde luego, no está demás que se cuide de la ley del promedio… Mi querido Magino, ¿qué le pareció el misil postmortum que le disparó el economista Félix Calvo a la administración del presidente Hipólito Mejía? El programa dominical del periodista Manuel Jiménez, mostró a Calvo, antiguo vicegobernador del Banco Central en esa administración, revelando la existencia de funcionarios que se dedicaron “a negociar”, a promover guerrillas torpedeando a quienes cumplían con su deber. El economista criticó que se aumentara la deuda externa sin consultar con el Fondo Monetario Internacional (FMI)…. Sin duda alguna que gente que funcionó en el gobierno del agrónomo Mejía debe sentirse tocadita por el hecho de que Calvo expresara que fue un “gran negocio” la compra por el gobierno de las acciones que poseía la española Unión Fenosa en Jode Norte y Jode Sur. Calvo tiró otro torpedo: algún día la “historia económica” deberá aclarar esa operación. Mire, Maginito, aunque ha pasado su tiempecito, es chocante que nada menos que un antiguo vicegobernador del Banco Central revele que se enteró por la Bolsa de Valores de Madrid de la operación que se realizaba con Fenosa, para comprarle acciones de empresas virtualmente quebradas. Calvo, con elegancia, habla de la baja que existía en las acciones de Fenosa en sus operaciones en América Latina y el alza desmesurada que se registró en su participación accionaria en la Bolsa, tras la compra dominicana. Y dijo que todo se hizo a espaldas del Banco Central. Finalmente, Magino, el licenciado Calvo, a quien nadie podrá ligar al régimen actual, no vacila en reconocer que el gabinete económico del presidente Leonel Fernández ha sido “coherente” y que el jefe del Estado ha mostrado respeto por los convenios logrados con el FMI… Magino querido, tengo entendido que es deber del Estado velar por el bienestar colectivo e individual de los ciudadanos. Es evidente, sin embargo, que en la República Dominicana de hoy, quien no corre, vuela. La prensa dominicana publicó un anuncio suscrito por más organizaciones agropecuarias que el carajo. La lectura del texto del anuncio muestra que se trata de todo un poema fiscal que llamará la atención hasta del fiscal. El meollo del anuncio es que el sector agropecuario no puede pagar impuestos… Se habla de que la campaña gubernamental para reducir la evasión impositiva “choca” con la informalidad imperante en nuestro medio. Y reconoce que el sector agropecuario, por comisión o por omisión, se acostumbró a que los impuestos no fueran exigidos de manera eficaz y llegan al extremo de señalar que hubo gobernantes tolerantes para que no se cobraran las cargas tributarias…. Los firmantes del anuncio que se comenta reclaman la amnistía fiscal, pero alegando que no se trata de una “amnistía fiscalista” sino de elevar el grado de formalidad. Favorecen, desde luego, que los productores se organicen sin costo tributario alguno. Y se solicita que el gobierno ofrezca a los productores una serie de medidas que apoyen elevar la productividad, independientemente de la creación de fuentes de financiamiento, cobertura de seguros, fondos compensatorios “y reales estímulos”… Creo, Magino, que en una forma razonable, el Estado debe garantizar al sector agropecuario, aunque se reconozca que ese sector tiene que estar sujeto a transformaciones. Pero es chocante que nadie, en ese sector, quiera el pago de impuestos si logra beneficios. Usted ha visto ya que el sector industrial no quiere pago de impuestos para muchísimas inversiones que hace o anuncia que hará. No lo quiere el sector agropecuario. Y entonces uno se pregunta, ¿y quién carajo es que va a pagar tributos en este país? ¿Los contrabandistas de todos los renglones que tienen que fajarse con Miguel Cocco en las Aduanas?

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