Coctelera

Coctelera

Buenas, mi querido Magino. El día está chulo para un coctelito, tras una semana de tragos amargos y fuertes. ¿Qué le parece a usted?… Como ya se está en época pre navideña, el presidente George Bush, al reunirse con sus colegas del DR-Cafta, les cantó con amor: “Venid pastorcitos, venid a adorar, al rey de los Cielos que ha nacido ya”. Farmacia Mella…

El presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, es una atracción en Argentina. Nadie lo pone en dudas. Pero Chávez tiene que moderar ciertos ímpetus, pues eso de hablar en la “cumbre” y en la “contra cumbre”, como que está medio fuerte. Los líderes tienen que tomar en cuenta que si bien la fiebre porcina africana ya no representa peligros para ellos, está esa terrible enfermedad llamada “cocus patinacci”, que es aplaudida por los insensatos, chulos y coberos y que se lleva de encuentro a los magalómanos…  ¡Mamacita, cuánta brega da la publicación del famoso “decreto puente” que paralizaría el grado a grado en lo que se aprueba la ley en la materia! Mientras tanto, viejo ventajú, el grado a grado ha sido un azote para el país y una “bendición” para unos cuantos dominicanos. El “decreto puente”, en cierta forma, está como el puente Duarte, que mientras más se anuncia su arreglo, más se dilata en concluir el mismo. Por eso, amigo Magino, un discípulo de Polón Muñoz, el anti grado a grado por excelencia, no se cansa de cantar “¿De dónde son los cantantes?”…  Cuando usted lee el pliego que los “agropecuarios” dirigen al gobierno para que no los grave con cargas y, en cambio, los estimule para hacerlos “competitivos”, usted debe llegar a la conclusión de que esos “agropecuarios” nacieron en Dallas, Texas, y que los gobiernistas a quienes se dirigen las peticiones vieron la luz —si es que la han visto— ¡en Da-las-nalgas! Mire, viejito usurero y aprovechador, no crea mucho en eso de que la JAD y el CONEP están de pleito, que la JAD no se siente representada en el CONEP y cosas por el estilo. Ellos son blancos y se entienden, y a lo mejor en la JAD figuran testaferros de conepianos que llegan a ese organismo por vía indirecta, pero llegan, ¡y con fuerza!…  Por más que se quiera, no se puede dejar pasar el día entero sin recordar la más reciente pastoral de los obispos católicos sobre la migración haitiana. Por ejemplo, hay ilusos esperando que los obispos le entren a dos manos a Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, después que éste trapeó el piso con Christhoper Hartley y Pierre Ruquoy, los dos curas extranjeros, defensores de los haitianos, cuya cabezas piden algunos y cuya santificación solicitan otros. Los “cariñitos” del Cardenal no figuran en la pastoral ni cosa por el estilo, pero usted puede dar por un hecho que por más disparidad de criterio que exista, al purpurado no le refutarán sus colegas. A lo mejor los obispos hasta sabían que el Cardenal bajaría duro y curvero. No, por nada…  ¿Que los tiempos no han cambiado? Fíjese usted que se habla de una alianza entre perredeístas y reformistas en las elecciones de la UASD. ¿Se imagina usted, policía retirado, que en la UASD, unos añitos atrás, se hablara de reformistas? Hubiera estado la piedra y la boca partida que eso hubiera sido un gusto. Recuérdese, Maginito, que ni siquiera Franklyn Almeyda, cuando fue rector de la UASD, y en un ambiente ya un tanto distendido, pudo lograr que el Consejo Universitario derogara la resolución que, en 1961, expulsó del recinto al doctor Joaquín Balaguer y a otros profesores que sirvieron a la alta casa de estudios durante el régimen de Rafael L. Trujillo…  El padre Ruquoy pidió perdón. Y en su solicitud le metió tremenda totuma a mucha gente. El, Ruquoy, declaró a Israel, de ocho meses, como hijo suyo, después de convencer a su madre que no abortara, ya que la criatura es fruto de una violación. El sacerdote entiende que nada malo hizo y que, por el contrario, procedió correctamente, dado que la Iglesia Católica proscribe el aborto, hasta el terapeútico. Desde luego, nos hubiera gustado más que Ruquoy hubiera hecho la declaración del niño en la embajada o el consulado de Bélgica, y que el “chichí” fuera belga en lugar de dominicano.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas