Coctelera

Coctelera

“Luisín Mejía dice que el comedor para los atletas dará grandes frutos. Los atletas quieren que en el comedor den grandes frutas”. Farmacia Mella…”Las precariedades de América Latina escandalizan a Bush. ¡Qué gran poder de percepción tiene este hombre!”. La misma Farmacia… El canchanchanismo, sobre todo si es divisionista, de momento será estudiado a nivel universitario. Pero hay un canchanchanismo que es imposible describir con simples palabras.

¿Sabe usted lo que es eso, mi querido Magino, de haber tratado —inútilmente como había que esperarlo— de cambiar el nombre a La Vega por el del ilustre político e intelectual Juan Bosch Gaviño, fundador de dos partidos políticos, dos partidos que han llegado al poder? Se necesita ser muy torpe, muy divisionista o muy adulón, para patrocinar que a una ciudad como La Vega se le cambie el nombre… Algo, sin embargo, se puede recomendar a quienes concibieron una monstruosidad como la descrita. Si se quiere honrar a Juan Bosch, no hay mejor manera de hacerlo que pareciéndose un poquito al ilustre maestro.

¿Quiere usted horrar a Bosch, amigo Magino? Pues sea honrado a carta cabal. Piense, las 24 horas del día, aún cuando duerma, en la necesidad de trabajar para que este sea un país donde impere la justicia, donde los pobres tengan iguales derechos que los ricos. Donde los niños reciban una buena educación y los hospitales dejen de ser depósitos de enfermos. ¿Usted quiere honrar la memoria de Juan Bosch? Pues muy sencillo: sirva a su país y no se sirva de éste. Amén… El más alto funcionario de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas del Estado (CDEEE) ha dicho que AES vendió sus acciones en Jode Este en 1999; que el otro socio, el Estado, ignoraba el asunto y que aún hoy se desconoce en cuanto vendió la AES su inversión a la exigente TWC. Por eso reiteramos, y lo reiteramos cuando nos venga en ganas; ¿logró ganancias de capital la AES? ¿No está obligada a pagarle una boronita al Estado? Esperamos, más tarde o más temprano, una respuesta del siempre sonriente y valioso Juan Hernández, director general de Impuestos Internos… Leo en El Nacional que habrá actos para conmemorar el cincuenta aniversario de la primera participación de la República Dominicana en un certamen internacional de belleza. Es bueno que esas cosas no se olviden, mi querido Magino. Pero, ¿le han dicho a usted que ni siquiera ese concurso pudo escapar de la situación política imperante en la época. No me pregunte muchos detalles de cuanto ocurrió en la pendejada esa. Ni siquiera recuerdo, con precisión, si el escenario fue el hotel El Embajador o el Hispaniola, ambos casi recién inaugurados en ocasión de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre… El Coctelero era editor deportivo de La Nación en esa etapa y allí conoció a un fotógrafo chino enviado por los organizadores del concurso internacional, para que orientara a los pinos nuevos dominicanos. Si la memoria no me traiciona, creo que el nombre del reportero gráfico era Charlie See, residente en Los Angeles, California… El concurso de belleza despertó mucho entusiasmo y bellas jóvenes se inscribieron para participar en el mismo. Las rondas eliminatorias se desarrollaron con normalidad y vino la vuelta final. El público había hecho su favorita a la señorita Miguelina Sánchez, de Santiago, una escultural belleza cibaeña. El público ovacionó hasta el delirio a la señorita Sánchez, pero a la hora de dictarse el fallo, la ganadora había sido otra bella muchacha, la señorita Olga Fiallo, de la ciudad capital. Hubo protestas por doquier. Aún con un control policial como el que existía, sillas volaron por los aires, igual que vasos y botellas. ¿Qué había ocurrido? Siempre se dijo, y nunca se negó la especie, que la esposa del dictador, señora María Martínez de Trujillo, había señalado la ganadora porque no podía permitirse que la señorita Sánchez fuera declarada ganadora, ya que era hija del licenciado Eduardo Sánchez Cabral, uno de los dos personajes claves en el famoso banquete del hotel Matum, cuando se rindió tributo a un abogado distinguido el licenciado Federico C. Alvarez. En el acto se cometió un pecado capital en la época, pues no se mencionó el nombre de Trujillo. El destino, sin embargo, jugó una mala pasada a la esposa de Trujillo: años después del famoso reinado, la señorita Sánchez casó con Luis Rafael Trujillo Molina (Nene), hermano del hombre fuerte, y quien falleció hace algunos años en Miami… Magino querido, escuché en un noticiario, que al monstruo juvenil que apuñaleó a una maestra, le llamaban infante y lo hacían en forma reiterada. ¿Acaso ignora quien redactó la noticia lo qué es un infante? El monstruo de Monte Plata solo puede ser infante…de marina.

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