Coctelera

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¿Sabía usted,  mi querido Magino, que los dominicanos de ascendencia haitiana constituyen una fuerza decisiva en la política nacional? Pues verá usted, viejo falsificador, eso lo cree el señor Ruben Jean-Baptiste Latorti, una de las cabezas visibles del Movimiento Político Comunitario Dominico-Haitiano (PCDH).

El señor Latorti negó haber dicho que era subsecretario de Educación, pero dio a entender que laboraba en ese departamento, lo cual no es pecado alguno. El señor Latorti, además, expresó que había pertenecido o pertenece al Bloque Institucional Socialista. Detalló que desde hace cinco años mantiene contactos con el jefe de ese grupo, José Francisco Peña Guaba. Hay que apuntar que la declaración del proyecto del MPCDH ha sido muy bien redactada. Ese pronunciamiento significa que el movimiento va a «luchar por un espacio político comunitario con el fin de garantizar una representación en las instancias de poder en todo el territorio nacional». ¿Persigue, acaso, el MPCDH convertirse en un partido político o dar su respaldo a uno de los existentes? No está demás abrir esa interrogante, pues el señor Latorti dice que una de las razones que motivó la formación del MPCDH «es la disgregación de los dominicanos de ascendencia haitiana en los partidos del sistema». Citó, también, la poca participación en los diferentes gobiernos de un grupo tan importante y decisivo en la política dominicana. El MPCDH asegura que cuenta “con un equipo de líderes dispuestos a trabajar por la República Dominicana”. Vale observar que el MPCDH señala que «apoyaremos al candidato o agrupación política que brinde mejores oportunidades a nuestra democracia…   El vespertino»  El Nacional», haciendo buen periodismo, buscó la reacción de las tres fuerzas políticas mayoritarias del país. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) fue el que mejor enfocó la situación, cuando dijo que favorecería la legalidad. El delegado perredeísta, Virgilio Bello Rosa, con amplia experiencia política y electoral, no tocó ni la forma ni el fondo del asunto. El secretario general del Partido Reformista Socialcristiano (PRSC), el joven Víctor Gómez Casanova, en cambio explotó en la primera entrada del juego cuando calificó de «una amenaza a la nacionalidad y la soberanía de los dominicanos» la formación de una movimiento político dominico-haitiano que podría buscar su participación en las esferas del Poder Judicial, del Poder Legislativo y del Poder Municipal. El partido de gobierno, el de la Liberación Dominicana (PLD) jugó al culebreo. Y César Pina, su capacitado consultor Jurídico del Poder Ejecutivo entiende que la situación debe ser «estudiada»…  Atento, don Magino,  este es el peor momento para buscar el reconocimiento del MPCDH. Se sobrentiende que el nombre sería rechazado, pues ¿quién aceptaría lo de dominico-haitiano? Reitero que este es el peor momento para tratar la vainita esa. La Junta Central Electoral (JCE) tiene sobre sus espaldas las elecciones presidenciales fijada para el 16 de mayo del 2008. Ahora mismo la JCE arde por los cuatro costados, quejándose de que el gobierno le redujo a menos de la mitad el proyecto de presupuesto que le fuera presentado… Mire, don Magino,  aunque no puedo probarlo, intuyo que el movimiento MPCDH se gesta desde hace tiempo y no es una coincidencia que salga a la luz pública en vísperas de las elecciones de más importancia en el país. En la actitud tomada por el MPCDH no veo nada pecaminoso. Si el movimiento pide su reconocimiento a la JCE, será la JCE la encargada de pronunciar la última palabra. ¿O me equivoco?

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