Coctelera

<p>Coctelera</p>

¡Volvió Juanita! ¡Y yo sí sabía que volvía! Me refiero, caro Magino, al informe que, anualmente, rinde el Departamento de Estado de los Estados Unidos al Senado en relación a los derechos humanos alrededor del mundo, claro está, excluyendo al imperante en los propios Estados Unidos y en la política para los guanajos.

No vamos a negar que en la República Dominicana ocurren violaciones a los derechos humanos, especialmente en el área policial. Eso lo sabe muy bien el gobierno norteamericano, no solo por el personal muy bien informado que tiene a su servicio en la misión acreditada aquí, sino también por los “voluntarios” dominicanos de que dispone. Por cierto, viejo verde, creo haber escuchado ayer a uno de los defensores de los derechos humanos, criollito él, cuando calificaba el informe de incompleto, en vista de que no se refería a la educación, la salud, la vivienda y la alimentación. Es decir, según el criterio de este señor, en el país jamás han existido los derechos humanos. ¿O sí?… Pero bien, viejo verde, me voy a referir a la parte del informe en que Estados Unidos acusa a República Dominicana de discriminar a los haitianos y a sus descendientes. Podemos iniciar esta tanda con sabias y doctas expresiones usadas por monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, obispo de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano. El digno prelado afirma que esas oraciones usadas por el Departamento de Estado son injustas e incompletas. Injustas, porque no son rigurosamente ciertas. Incompletas porque parece que el máximo representante de la gran comunidad internacional aspira que un pequeño país de esa comunidad cargue sobre sus espaldas con todo al lastre haitiano… Lo lindo del caso es que los gringuitos adorados de doña Condoleezza Rice estiman que aquí viven entre 600,000 y un millón de haitianos, indocumentados todos, cifra que se obtiene aún cuando se carezca de un censo de absoluta validez. Como que se hace un tanto difícil creer lo del discrimen cuando se tolera una población de indocumentados como la que señalan los abusadores muchachos del Tío Sam, convertidos en policías del mundo desde que Mijail Gorbachov se convirtió en cotizado columnista de The New York Times… Desde luego, Maginito querido, quienes conocen los métodos que siguen los compatriotas de Jimmy Swaga y Al Capone para preparar su informe anual sobre los derechos humanos, saben que en esa lista están abonados Cuba y República Dominicana, en las Antillas, y ahora se agrega, en América del Sur y el Caribe, a la indómita Venezuela comandada por Hugo Chávez Frías, controversial hasta la tambora si usted quiere llamarle así, pero que no le aguanta la más mínima vaina a la Casa Blanca. Chávez Frías es ahora otro violador de los derechos humanos, en un pueblo que parece que gusta de eso, pues cuantas veces el ex militar va a comicios, gana y no en la forma en que ganó George Bush la presidencia de los Estados Unidos a un Al Gore que le dio una pela popular de calzón quitado… Mire, Maginito, no es que vayamos a tratar ahora el problema haitiano ni cosa que se parezca. Lo que nos duele es que la Cancillería, como venimos sugiriendo cada año ante el informe gringo, descarte la posibilidad de hacer un estudio alrededor de cómo ejercen los derechos humanos alrededor del mundo nuestros queridos vecinos norteños, bravíos y abusadores. ¿Sabe usted, viejo carajete, lo interesante que sería conocer el respeto que observan los yankees a los derechos humanos de los nativos de Irak, tanto en su propio país invadido como en el territorio norteamericano? ¿No se podrían conseguir detalles de cuanto ocurrió en el hospital militar Walter Reid con las atenciones ofrecidas a los oficiales y soldados heridos en Irak?. ¿Y qué me dice usted de los abusos y atropellos contra los orientales presos en la base de Guantánamo, por cierto, creo que un territorio cubano que detentan los poderosos norteamericanos? ¿Y qué del espionaje que, alrededor del mundo, practican los muchachitos del Bronx para proteger lo que llaman sus intereses? Desde luego, Maginito querido, otros temas, de actualidad económica, podrían agregarse a esta lista, para complacer a los agentes dominicanos al servicio de la embajada, que quisieran ver aplastada para siempre la bandera de Duarte. De todos modos, Maginito, cuando se consigan todos los detalles apuntados, la Cancillería podría entregar ese informe al Senado nuestro. Que no haría nada. Pero, de todos modos, lo haríamos para joder.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas