Coctelera

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El doctor Julio César Castaños Guzmán debe sentirse orgulloso de su labor al frente de la Junta Central Electoral (JCE). El y sus compañeros de Corte, con una sola excepción, llegaron allí hace algunos meses y el equipo ha desarrollado, en corto tiempo, un formidable programa de trabajo, no solo con miras a los comicios presidenciales del año próximo sino también para corregir fallas notables que existían en el organismo, especialmente en cuanto al Registro Civil se refiere.

Y cuando hablo del Registro Civil debe sobrentenderse que cito a las Oficialías y a los encargados de expedir las cédulas de identidad personal… Ahora mismo, Maginito querido, el doctor Castaños Guzmán dirige una carta a sus compañeros magistrados, en la cual indica que renuncia a percibir los ya célebres incentivos que se pagan en el organismo y ese es un gesto que lo ennoblece. La epístola firmada por Castaños Guzmán constituye una pieza antológica en la cual pide a sus colegas que no permitan que se les distraiga y los hagan perder el tiempo, con tanto trabajo que hacer por delante. Y tiene sobrada razón en su petición, pues hace más de un mes, con la vainita esa de los incentivos, se desperdicia un espacio precioso y se permite que los enemigos y adversarios de la JCE actual -que existen en varios frentes- se froten las manos a la espera de que se debilite un tribunal, cuyos miembros llegaron al mando con un enorme respaldo de la población. Castaños Guzmán, en su misiva, expresa que confía en que la unidad retorne a la JCE y entonces solo quede “la paz de la justicia y el fruto bendito del perdón”. Se lo he dicho en varias ocasiones, amigo Magino, que se puede confiar en Castaños Guzmán, pues lo avalan no solo su genealogía de alta calidad, sino también sus limpias ejecutorias en su vida pública y privada…. No entiendo, Magino, cómo es la vaina esa de que a los diputados les pagan 5,000 pesos por cada sesión a la que asistan. Entonces, ¿para qué carajo es el sueldo de 120,000 pesos al mes que entregan los contribuyentes a cada uno de los miembros de la llamada Cámara Baja? Pero eso no es todo, pues a cada jurel de esos se asignan 50,000 de los podridos para “gastos social” y 20,000 a manera de “compensación”. En el Senado el filete es más blandito, pues en adición al sueldo hay una boronita de 400,000 tulipanes y un peso por cada elector de la provincia que supuestamente representa el senador. ¿Quiere usted algo más? Pues coja, los regidores, que fueron cargos honoríficos hasta hace relativamente poco tiempo, en la capital perciben 84,000 pesos a manera de sueldo y 30,000 de los hediondos para la compra de combustible. Por cosas como esas -y otras más- fue que un viejo amigo me dijo hace unos días, que esas prácticas constituían una prueba inequívoca de que el profesor Juan Bosch había desaparecido de la faz de la Tierra…. La bella María Consuelo Araujo renunció el cargo de canciller de Colombia. Lo hizo por que un hermano suyo, legislador él, que está preso e involucrado en el escándalo que estremece la nación sudamericana, por la participación de “representantes” del pueblo con los terroristas paramilitares. ¿Qué cree usted, mi querido Magino, que hubiera pasado en un país que usted y yo conocemos, si se hubiera presentado un caso como el colombiano? ¿Cree usted que la canciller hubiera renunciado por dignidad o hubiera tratado de usar sus influencias políticas para sacar a su hermano delincuente de la burra? Dígame, carajo, no sea tan pendejo… Maginito, vergüenza debería darnos a todos el hecho de que ni siquiera el gobierno sabe como hizo AES la operación de venta del 50 por ciento de las acciones que tenía en Jode Este a la TWC, que ahora se prepara para demandar al Estado por un supuesto incumplimiento de contrato. Es un alto funcionario del Estado el que ha dicho que la negociación se realizó en el 2004 -se dio a conocer hace muy poco tiempo- y que desde esa fecha trata de conseguir una copia de la misma, con resultados negativos. Ocurre que el Estado es propietario del 50 por ciento del capital de Jode Este, que sigue administrando AES. Se ignora si AES, cuando decidió vender sus acciones a TWC, primero las ofreció al Estado, como se estila en las compañías que se respetan. Pero algo más, mi queridísimo Magino, ¿en cuánto vendió AES las acciones? El Estado desconoce esa cifra y por eso es que insistimos, y seguiremos insistiendo hasta que esta pendejada se aclare, que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), debe intervenir, con toda energía, para establecer si AES logró ganancias de capital en la operación y tiene, por tanto, que pagar tributos al Estado. Pero ahora, Maginito querido, ocurre que aún ignorando el Estado todo cuanto ha pasado, viene la TWC a plantar una demanda por más millones de dólares que el carajo. No es que el gobierno deje de introducir su delicado pie en algunas ocasiones, pero por eso a veces cualquiera creería que no se es del todo justo cuando se habla de falta de seguridad jurídica, no importa que quien hable de eso sea un embajador o una embajadora. Por cierto, viejito vagabundón, para terminar por hoy, ¿y qué de la seguridad jurídica cuando en este país operaba la Unión Fenosa, creo que de España, que se dio gusto hasta vendiendo, a precios de lujo, sus acciones en empresas que ellos mismos consideraban quebradas? ….

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