Muy buenas para usted y los suyos, Magino del alma querida. Tengo para decirle que me gusta la idea del diputado de la Fuerza Nacional Progresista, doctor Pelegrín Castillo, de pedir al Santo Padre que use su gran fuerza moral para reclamar a las grandes potencias que vayan en auxilio de Haití. Mucho puede hacer el Papa Benedicto en estos momentos tan difíciles en que aun grandotes creen que un país cargado de problemas como la República Dominicana tiene que soportar soluciones drásticas dirigidas a resolver lo que se califica de drama haitiano…  

Se me ocurre, viejo bandolero, que el tema haitiano tiene que discutirse en el país sin muchos rodeos, llamando pan al pan y vino al vino. ¿Por qué no se organiza, digamos, un seminario de alto nivel en que se expongan los pro y los contras de una realidad como la que viven las dos naciones que comparten el dominio de la isla? Se me ocurre, al mismo tiempo, que la docta y pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (UCMM), de Santiago, podría albergar y hasta organizar ese seminario. Monseñor Agripino Núñez Collado, el rector de esa casa de estudios, ha prestado eminentes servicios al país, al actuar como mediador en varios campos, muchos de ellos áridos y complicados. Se supone que monseñor Núñez Collado, como una indiscutible fuerza que es, no solo en la región cibaeña, tiene autoridad moral para convocar a la libre discusión de las ideas en el caso haitiano y sería muy pero muy oportuno oír las voces de importantes segmentos de la vida de Santiago en especial y el Cibao en general, segmentos que no son ajenos al problema de la migración de indocumentados haitianos…   Ese seminario podría llevarse a cabo mientras Pelegrín Castillo y amigos preocupados por la situación que se vive en las dos república, buscan firmas para dirigirse a Su Santidad, rogándole que intervenga en el drama que se vive, pidiéndole a los grandes que cumplan su deber. Eso sería más que oportuno, pues es probable que al Papa se le haga cierto caso, caso que nunca se le ha hecho a los reclamos de los mandatarios dominicanos, inclusive a los últimos dos, Hipólito Mejía y Leonel Fernández, quienes han pegado el grito hasta en la sala de la Asamblea de las Naciones Unidas…   Bien, Maginito querido, en lo que el hacha va y viene, como reza el refrán, descansa el palo. Vamos a refrescar eso por estos laditos y dar un pequeño vistazo a cosas que pasan en esta América morena que Mario Vargas Llosa cree que prepara un encuentro entre blancos e indios. Tenemos que en el Washington de nuestros amores y dolores aparece el senador republicano John MacCaine recomendando a su país buscar fuentes alternas de energía, para no depender de países como Irán “o locos en Venezuela”, en una clara alusión al presidente constitucional Hugo Chávez Frías. Mire, Maginito, pendejadas como esas entristecen a cualquiera, pues uno se preguntaría que depara el futuro mientras exista gente así. Es claro, muy claro, que los nexos entre Estados Unidos y Venezuela no son todo lo cordiales que debían ser. Pero también es claro que doña Condoleezza Rice, al frente del Departamento de Estado, no le tira tan duro a Chávez y mientras tiene su petróleo sudamericano asegurado —como lo ha tenido siempre— le da su cajetazo, pero de lengua, al polémico y popular mandatario bolivariano…   Cuanto pasa en este casito de lo más que se yo, es que el senador MacCaine “hace política”. Ya el presidente George Bush le derrotó en la pasada contienda y se cree que el legislador vuelve a la picada en el 2008. Por eso, no escatimará argumentos en su campaña, aún cuando esos argumentos en nada beneficien a su país sino que por el contrario, lo perjudicarán, enormemente, muy en especial en estos momentos en que la izquierda democrática avanza a pasos agigantados en el continente, aunque solo se vea en algunas naciones mientras se oculta en otras. ¿Qué pensarán los venezolanos del sector McCaine? ¿Acaso el petróleo venezolano no es de los venezolanos? Mire, Maginito, gente así es la que tiene jodidas, en gran medidas, las relaciones con el Coloso del Norte. Tenía que ser republicano.