Coctelera

Coctelera

Muy buenas para usted y los suyos, mi queridísimo Magino. Tengo para decirle que todos los informes económicos mundiales coinciden en un punto: China es el país de mayor crecimiento en el mundo. Otro año más con ese galardón para quienes tienen una especie de híbrido entre capitalismo y comunismo, con la disciplina comunista al frente, por si acaso. Me cuentan, mi caro Magino, que los chinos lo falsifican todo, desde un lápiz labial hasta un camión de que sé yo cuantos caballos de fuerza.

Es decir, viejo lobo de mar, la piratería da excelentes resultados en los enormes predios de Fumanchú. ¿Y?…  Mi apreciado Magino, un viejo amigo me formula una especie de consulta y voy a responderle aún cuando la respuesta no participe en un certamen de popularidad. Me pregunta ese amigo cuál es mi reacción ante los frecuentes casos de dominicanos que juran la nacionalidad norteamericana, especialmente deportistas. Pues bien, viejo adorado, permítame decirle que creo que ése es un asunto de conciencia de cada cual. Creo, viejo vagabundón y trasnochador, que la dominicanidad es un auténtico sentimiento y, por tanto, un sentimiento es considerarse dominicano por los cuatro costados…  Voy a citarle un caso que considero importante. Oscar Renta Fiallo nació en Santo Domingo, hijo de padres dominicanos, estudió y creció en este Santo Domingo de mis culpas hasta que viajó a playas extranjeras en busca de nuevos horizontes, como escribiría un novelista de los malos de verdad. El joven hizo carrera en el difícil arte de la moda y reaparece en el escenario nacional con el nombre de Oscar de la Renta, pero ya convertido en astro internacional, en escenarios en los cuales siempre se le identificó como dominicano…  En reiteradas ocasiones se ha dicho que De la Renta es ciudadano norteamericano. Pero, ¿hay quién ponga en dudas los sentimientos de dominicano de primer orden de este genio de la moda? De la Renta ha hecho cuantiosas inversiones en su país de origen y de sentimientos y no sólo eso, ha logrado que gente del denominado “jet set” ponga su dinero en el terruño en distintos campos. De la Renta ha relacionado a dirigentes dominicanos con celebridades norteamericanas, aprovechando sus vínculos con los círculos más exclusivos de norte. ¿Se quiere un mejor dominicano que ése? No es posible hacerlo…  ¿Cuántos miles de dominicanos ha adoptado la ciudadanía estadounidense en los últimos años? No es fácil adivinarlo. Cada dominicano que adopte la ciudadanía norteamericana tendrá sus razones para hacerlo. Y no estará cometiendo delito alguno. ¿Acaso se olvida usted que dos mandatarios constitucionales —Leonel Fernández e Hipólito Mejía— prácticamente han aconsejado a los dominicanos que busquen la ciudadanía estadounidense para mejorar su situación en la tierra de don Sam? Mire, Maginito querido, estoy seguro que entre los miles y miles de dominicanos que son ciudadanos norteamericanos, los hay de todos los colores y de todos los oficios y profesiones. Los jugadores de béisbol, sin embargo, son los que siempre colocan en la picota pública…  No se olvide usted que en 1965, en plena ocupación militar norteamericana, se le exigía a Juan Marichal, entonces astro de los Gigantes, que viniera a luchar por su patria ocupada. Entre miles y miles de dominicanos residentes en Estados Unidos, se le pedía el sacrificio a Juan. No bastaba con el hecho de que Marichal se la jugaba al no salir al dogaut cuando se interpretaba el himno norteamericano…  Le reitero, Magino querido, que considero ser buen dominicano como una cuestión de sentimiento no de simple posesión de un papel que así lo consigne. ¡Sabe Dios viejo verde, con cuántas personas conversa usted que han cambiado su nacionalidad y están “protegidas” por el hecho de que no juegan pelota! 

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