Coctelera

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Chile, mi querido Maginito, se prepara para despedir, definitivamente, al antiguo dictador general Augusto Pinochet Ugarte. El viejo militar, de 89 años de edad, se encuentra en un estado de suma gravedad, tras sufrir un accidente cerebro-vascular hace algunos días. El periódico “La Tercera” ha dado cuenta de que el gobierno y el Ejército Confeccionan el programa que regirá durante el sepelio del hombre que encabezó el derrocamiento del gobierno socialista del doctor Salvador Allende Gossens en la mañana del 11 de septiembre de 1973. Pinochet Ugarte dirigió una férrea y sanguinaria dictadura a la cual se le atribuyen también logros económicos de importancia, pero es evidente que el brazo criminal de ese régimen de oprobios fue largo, muy largo, hasta alcanzar a Clodomiro Almeyda en Washington y a Carlos Prats en Argentina, independientemente de los opositores desaparecidos en la detestable Operación Cóndor…

 “La Tercera” da cuenta de que el gobierno que encabeza el socialista Ricardo Lagos no declarará duelo oficial por la muerte de Pinochet Ugarte y el mandatario se abstendrá de asistir al sepelio. Los honores a Pinochet Ugarte, mi querido Magino, serán rendidos por el Ejército del cual fue comandante. Los militares han programado que en el cementerio, antes de que se disponga la cremación de los restos del antiguo mandatario, el ataúd sea cubierto con la bandera de Chile…

Mire, viejito charlatán, no deseamos la muerte de persona alguna, aun cuando se llame Augusto Pinochet Ugarte. Pero es claro, muy claro, que el deceso del ex hombre fuerte sudamericano quitará tremenda presión al gobierno del presidente Lagos, pues mientras Pinochet Ugarte disponga de un soplo de vida, se reclamará al mando civil y a la judicatura que movilicen los procesos judiciales contra el exgobernante acusado de crímenes de lesa humanidad. El régimen de Lagos, que adversa a Pinochet en todos los órdenes, se ha manejado con extrema habilidad en este caso, evitando confrontaciones con las Fuerzas Armadas y con los seguidores de Pinochet Ugarte. En Chile, mi querido Magino, se exige justicia contra Pinochet Ugarte y sus sicarios. Pero los chilenos no consideran que su problema de hoy es el viejo y anciano general. Es más, una generación de chilenos, formada por menores de edad cuando el régimen de fuerza desapareció hace quince años, no muestra interés alguno alrededor de la figura del enfermo senador, quien, felizmente, no conserva nada de la fuerza opresora que manejó con tanta eficiencia para aterrorizar un gran pueblo…

Oiga, Maginito, hay algo que tiene que destacarse en estos momentos. El general Pinochet Ugarte salió del poder para permitir que Chile retornara a la constitucionalidad. Es innegable que contaba con fuerza en la población civil, con gran fuerza, y eso se probó en los comicios en que su gente fue enviada a freír espárragos. Pero en varias ocasiones en que se quiso hacer justicia ante las denuncias comprobadas de las atrocidades de la gente de Pinochet Ugarte, seguidores del expresidente de facto se lanzaron a las calles a ofrecerle respaldo. Los pueblos, sin embargo, reaccionan en forma a veces raras e inesperadas. A Pinochet Ugarte su gente le daba respaldo cuando le acusaban de ser responsable de crueles asesinatos y desapariciones de indefensos ciudadanos. Desde Estados Unidos vino, entonces, la denuncia de que Pinochet Ugarte había transferido hasta unos ocho millones de dólares a una cuenta personal suya en el Riggs Banks. Es sumamente notorio que tras esa denuncia, no son muy pocos los seguidores de Pinochet Ugarte que le han dado las espaldas, huyéndolo como si se tratara de un leproso de la Edad Media. No se olvide, Maginito, que los seguidores de Pinochet Ugarte, en los días de esplendor de la dictadura, se enorgullecían de que el régimen había puesto punto final a la corrupción administrativa, y que a eso se debía, en gran medida, la “recuperación” económica de la nación. Hoy paradójicamente, se le huye más al acusado de ladrón que al tildado de asesino…

Se puede afirmar carisimo Magino, que la desaparición física del general Pinochet Ugarte cerrara un capítulo en la historia de Chile y llegará el momento en que el oficial golpista será solo un recuerdo, como lo será su régimen, del cual se deben recoger las experiencias, aprovechando las buenas, que las tuvo, y sepultando las malas, que son muchas.

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