Coctelera

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Mi muy querido Magino,  reciba usted los mejores deseos del Coctelero en este fin de año y en el que se avecina. Tengo para decirle que le doy un diez de diez al presidente Leonel Fernández por su participación en la cumbre de Petrocaribe.

El mandatario dominicano manifestó que no hay en la región, con excepción del gobierno del presidente Chávez, una política de cooperación y de solidaridad que sea realmente beneficiosa para nuestros países.

El presidente Fernández, en un gesto que le enaltece, expresó que «en realidad la cooperación que ha hecho Venezuela a la República Dominicana ha sido un aporte que sentimos, apreciamos y valoramos». Cabe suponer que no aparecerá un cavernario que acuse a Leonel de comunista o pro comunista por los reconocimientos que hizo al presidente Chávez y al presidente interino de Cuba, Raúl Castro Ruz… El controversial Chávez  la sacó por los 411 del Quisqueya, cuando propuso que la parte financiada de la factura petrolera entregada por Venezuela en el marco de Petrocaribe -alrededor de un 40 por ciento de la citada factura- pueda ser compensada por bienes y servicios. El presidente Chávez afirmó que esa idea surgió de una reunión que sostuvo con el presidente cubano en licencia, Fidel Castro Ruz; el presidente interino Raúl Castro Ruz y varios ministros cubanos. Chávez dijo que un convenio de esa naturaleza lo sostiene Venezuela con Cuba desde hace años. Los cubanos pagan a los venezolanos con servicios médicos, educativos, artísticos y deportivos, entre otros. República Dominicana, mi querido Magino, no puede quedar fuera de un programa como el anunciado por el presidente Chávez.

El consumo de petróleo y sus derivados, mi queridísimo Magino, nos tiene muy bien apretados y mientras más sube de precio el oro negro en los mercados mundiales, más nos extrangulan no solo esas alzas, sino también la obligación de cumplir con los pagos de una deuda externa, contraída alegremente por gobiernos irresponsables… La Segunda  Sala del Tribunal Contencioso y Administrativo rechazó suspender el decreto 616, del 13 de diciembre del 2006. Ese decreto prohíbe la comercialización de fuegos artificiales de todo tipo al público en general. No vamos a defender los intereses de los importadores de fuegos que tanto luto y dolor han dejado en muchos hogares dominicanos. Pero no entendemos eso de que exista un decreto que prohíbe la importación de los jodidos fuegos esos, y las autoridades dominicanas dieran permiso para importarlos.

Lo que pasa viejo charlatán, es que por aquí prohibimos algo, y el decreto o ley de prohibición generalmente tiene un parrafito de «con excepción de». Eso permite evadir lo prohibido y algo más… ¿Quién se acuerda  de Curtis Flood? ¿Cuántos jugadores de las Grandes Ligas saben quién fue Curtis Flood? ¿Tienen una idea los millonarios Alex Rodríguez, Pedro Martínez, Johan Santana, Derek Jetter o Roger Clemens, para solo citar unos cuantos, de quién fue Curtis Flood y qué hizo por los jugadores del béisbol grande. Curtis Flood era un espigado jugador negro que cubría el bosque central del Cincinnati. Pero Flood iba más lejos del béisbol en sí, y no se explicaba la existencia de la llamada «claúsula de reserva» que convertía al jugador en un esclavo del equipo con el cual jugaba y que podía venderlo, darle de baja sin previo aviso y otras «bondades capitalistas». Flood, quien jugó en el país con las Estrellas Orientales, inició una cruzada contra la cláusula de reserva. Flood salió de Cincinnati. Su amor por la libertad le costó su carrera profesional, pero en la tarde del 23 de diciembre de 1975, el magistrado Peter Seitz anuló la odiosa cláusula de reserva, la que consideró inconstitucional.

¡El ideal de Curtis Flood había triunfado y una auténtica revolución salarial se produjo en las Grandes Ligas! Los patronos beisboleros tendrían que compartir sus ganancias con quienes las producían.

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