Coctelera

Coctelera

Mi querido Maginito, felices pascuas y próspero año nuevo. Tengo entendido que existe una vieja práctica para rebajar los moraditos que producen golpes sobre los ojitos y zonas adyacentes: colocarse un filete crudo. Desde luego, quien usa un filete en esas condiciones, en este país, merece que le cierren el otro ojo, pues una libra de esa carnita “de primera” consume unos chelitos largos y rendidos. Por eso, mejor es recomendarle, a quienes sufren esos moraditos, paños de ácido bórico….

Muy correcta es la decisión gubernamental que deja sin efecto la disparatada medida de prohibir la entrada de periodistas a la base aérea de San Isidro en ocasión de los viajes presidenciales. Eso, a quien menos convenía era al propio doctor Leonel Fernández, pues si bien es cierto que el actual mandatario no es muy amigo de las conferencias de prensa y de hablar a cada ratito con los periodistas, no lo es menos que en su trato con hombres de la prensa siempre ha sido muy cordial y respetuoso. Y no era posible que esas relaciones se empañaran por gente que no debe permitir que le afecte el sarampión de los cuatro años, sarampión que pasa sin necesidad de usar almidón de yuca…

Mire, Maginito, no se debe hacer una tormenta en un vaso de agua, pero tampoco se debe pasar por alto que el ejercicio de la libertad de prensa exige una vigilancia permanente. Ese ejercicio, felizmente, no ha sido coartado, pero eso no significa que los periodistas, mansamente, tengan que soportar restricciones, por más chiquitas que éstas sean. Recuerde usted, don Magino, que el “Cariñito Azucarado” de Enriquillo Cerón, “comenzó por un dedito y la mano agarró”…

Gente del gobierno ahora habla de que el pasado presidente, Hipólito Mejía, tuvo choques e insultó a los periodistas, que lo hacía a cada rato, que nunca se le respondió mientras que ahora surgen las ñoñerías. Vale recordar, buen carajete, que de ñoño fue acusado el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, doctor Rafael Molina Morillo, cuando le entró a dos manos a pronunciamientos formulados por el presidente Mejía. Respuestas categóricas le dieron, también, los ejecutivos periodísticos, Bienvenido Alvarez Vega y Miguel Franjul, entre otros. Es cierto que hubo contados injustificados excesos contra periodistas. Pero es bueno recordar que, mayormente Hipólito fue pura boca y entre los cargos que se le formulen jamás existirá el de sepulturero de la libertad de prensa. Mire viejito verde, los gajes de la democracia permiten que cualquier persona dicte lecciones de periodismo moderno. Y las lecciones se agradecen. Si son gratis, mayor es la gratitud…

El dólar abrió ayer en baja en los mercados criollitos. A las 11 de la mañana se colocó a 29.4 por peso de los hedionditos. Eso tiene muy preocupados a algunos muchachones, especialmente vinculados al turismo y a la zona franca. Y a uno lerenes gubernamentales que quisieran la escalada, pues parece que cobran en dólares. Bien, Maginito, hay que tener cuidado, pues a lo mejor es cierto que una caída abrupta del valor de la moneda norteamericana no es conveniente a la economía, aunque eso no le entenderá, jamás, el hombre de la calle. De todos modos, viejito especulador y adolorido, quien tiene que estar bronco es el gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez, pues algunos círculos económicos afirman que el funcionario busca llevar la tasa al 25×1. Dentro y fuera del gobierno están los francotiradores apostados, pues desean un dólar carito aunque este país se joda de verdad…

Una pregunta tontita: si se modificara la Constitución ahora, ¿se proscribiría la reelección presidencial? Sería lo ideal. Nada gustaría más a muchísima gente que eso de “cuatro años y después e’ pa’ fuera que va”. ¡Cuántos problemas se hubieran evitado a este país si se hubiese mantenido la prohibición a la reelección presidencial. Pero se quiso coger de pendeja a la mayoría de un pueblo y ya usted vio los resultados. ¡Que cara salió la vaina esa, la tentativa del vuelve y vuelve!

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