Coctelera

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Buenas Magino. Goce su domingo, aun cuando no sea de vara y pendón. Un viejo amigo me pregunta si es cierto que la «instauración» de los divorcios «al vapor» fue una `creación` del entonces presidente Joaquín Balaguer como un mecanismo para que entraran dólares al Banco Central.

Mire, viejito vagabundón, eso se ha dicho muchas veces, pero entiendo que es falso de toda falsedad. La propuesta para que se permitieran los `divorcios` al vapor fue formulada, por lo bajito, por un veterano político y embajador. Encontró el padrinazgo de un influyente dirigente político. Balaguer no se opuso a la iniciativa. En el Congreso Nacional se produjeron agrios debates cuando la vainita se discutió allí. La Iglesia Católica y el periódico El Caribe dirigieron una campaña en contra de la ley de `divorcios al vapor`. Pero dado que el poder supremo -el sagaz Doctor- jamás pasó una consigna a los legisladores de un Congreso que dominaba a su antojo, para que rechazaran la propuesta, el proyecto fue aprobado. Balaguer, para `calmar` ánimos, y si la memoria no me falla, hizo al final algunos pronunciamientos en contra del instrumento que, finalmente, se vio `obligado` a promulgar. Si la ley de «divorcios al vapor»  produjo o no produjo muchos dólares para el Banco Central, corresponde al propio Banco Central decirlo. Pero se da por un hecho que ese banco cuanto recibió fue una indecente boronita.

Quienes se dieron gusto por todos lados fueron avivatos abogados, especialmente aquellos con excelentes conexiones en el extranjero. Es más, la situación llegó al extremo de que un abogado tuvo la cachaza de escribir un artículo en el cual decía que los divorcios al vapor producirían al país más divisas que las exportaciones azucareras. Lo que sí la ley de marras trajo al país fue un mayor descrédito para la justicia. Sentencias dictadas aquí -especialmente en San Cristóbal- jamás han sido reconocidas por cortes norteamericanas, pues se han hecho separaciones `legales` y los cónyuges separados ni siquiera saben donde queda este terruño que tanto amó el Descubridor para acabar de jodernos… Si la llamada ley de primarias es buena o mala es cosa de los propios partidos políticos. Que se fajen con su ley quienes aspiran al poder por vía electoral. Pero lo que no tiene madre es que un infeliz contribuyente, vapuleado por cargas impositivas de todos los colores y sabores, tengan que pagar campañas internas de esos partidos. Que la paguen sus afiliados con sus propios recursos. ¡No sea nadie pendejo! ¿Por cuáles motivos hay que cubrir los gastos de las primarias de las agrupaciones políticas? ¿No basta con entregar sumas millonarias a esas organizaciones con tantos vagos y salteadores en sus filas, aunque también tienen mucha gente buena y honrada? Mejor sería que entregar miles de millones de pesos a los partidos, entregarlos para formar buenos cuerpos de investigadores policiales y judiciales y dar con los ladronazos que saquean hasta hospitales públicos. ¡Eso sí que merece apoyo!…. Maginito, a horas de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, el estado de Florida es noticia de las buenas, pues parece que se han `extraviado` unas cositas que pueden influir en el resultado electoral. Pero no pase por alto que don Osama Bin Laden cree que no hay diferencia alguna entre George Bush, el presidente, y John Kerry, el aspirante. ¿Tendrá razón? A lo mejor sí, pues en Norteamérica impera un sistema y no un hombre. Gusto da, al mismo tiempo, recordar que Ralph Nader también buscará el mando. El antiguo jefote de la asociación de protección al consumidor cuanto puede lograr es joderle la pista a Kerry, pero don Ralph es cabeza dura hasta la tambora. Por cierto, ¿qué parentesco tendrá Ralph con Nemen Nader? No, por nada.

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