Coctelera

Coctelera

Magino,  ¿no cree usted que ya es tiempo de que cualquier persona que se accidente en una vía pública, por falta de tapas en el alcantarillado, por hoyos profundos donde quiera que estén, por las zanjas que se abren para las acometidas y luego no las cubre nadie, no cree usted, le repito, que esa persona debe radicar una demanda contra el gobierno o contra el Ayuntamiento, contra el responsable de la falla? A lo mejor a base de puras demandas, los alegres organismos oficiales ejercen un mayor control de la ciudad y evitan el saqueo donde quiera que existan protectores de metal. Hemos caído tan bajo que jamás respetamos las propiedades del bien común…

Es increíble  que se puedan desmontar verjas de hierro en instalaciones como el Zoológico, el Botánico y el Centro Olímpico. Esas operaciones requieren personal especializado y vehículos pesados para su traslado. Lo mismo se puede decir del robo de kilómetros y kilómetros de alambres a la Corporación de Electricidad y a las telefónicas, con millones de pesos en pérdidas para esos negocios y se supone que dé beneficios para quienes deberían estar enjaulados….

El colmo  de la ruina moral a que hemos llegado es el saqueo en los cementerios. Hay familias que averían los ataúdes en que sepultan a sus deudos, para evitar que verdaderos depredadores, tras los entierros, saquen los cadáveres de los féretros y se lleven éstos. La autoridad pública, hasta donde ha sido posible establecer, nunca ha podido localizar esta clase de ladrones tan especiales. Pero cualquiera se pregunta ¿a quién le interesa comprar ataúdes? ¿Es tan difícil ubicarlos?….

Los cementerios  sirven para alimentar a los piratas necrológicos, que saquean tumbas, roban los enrejados metálicos, convierten panteones en dormitorios y centros de juegos. ¿Y la autoridad pública, la gubernamental y la municipal? bien, gracias. Imagínese usted que si no respetan a los vivos, van a hacerlo con los muertos….

La Corporación  del Acueducto de Santo Domingo concluye 152 apartamentos que serán destinados a residentes del proyecto Guajimía II. La cañada de Guajimía, mi querido Magino, se convierten en parte de la historia, pues allí todo se transforma con un crédito por 83 millones de dólares facilitado por el gobierno de Canadá. Dígame una cosa, caro Magino, ¿por qué no invitan a la inauguración del nuevo proyecto al ingeniero Julio Suero Marranzini? quien se fajó como un campeón al frente de la CAASD durante el gobierno de Hipólito Mejía y lo dejó todo listo para que la administración que le sucediera rompiera fuego. Magino, ¡lo valiente no quita lo cortés y todos somos de este charquito que se rebosa con un aguacerito!….

Publicaciones Relacionadas

Más leídas