Coctelera

Coctelera

¡Cuánto fuñen, mi querido Maginito, con  la pendejada esa de que el presidente Hipólito Mejía no acudirá a la ceremonia de juramentación del nuevo jefe del Estado, Leonel Fernández, el próximo lunes 16. En primer término, viejito vagabundón, nada obliga a don Hipólito a estar presente en ese acto, en el salón de sesiones de la Asamblea Nacional. Y es bueno aclarar que Hipólito no tiene que imponer banda tricolor alguna al nuevo mandatario. Si quiere ir, ni modo, bienvenido sea. Si desea ver la ceremonia por la televisión, pues ese es su derecho…

Ahora bien, viejito carajete, resultaría chocante la ausencia de Hipólito en el escenario de la Asamblea. ¿Que pueden abuchearlo al llegar? ¿Y qué? ¿Qué Leonel, en su discurso se puede referir en términos agrios con relación al gobierno saliente? ¿Y qué? ¿Acaso no soportó el doctor Joaquín Balaguer, con marcado estocicismo, una pela de lengua que le dio Antonio Guzmán el  16 de agosto de 1978? esa especulación de que Hipólito iría y condicionaría su permanencia a lo que diga el presidente Leonel es pura paja para la garza, pues nadie creería eso de que el mandatario saliente y sus seguidores abandonarían la sala de la Asamblea. Ese sería un gesto de pésima educación que no perdonaría persona alguna, incluyendo los mandatarios visitantes y sus acompañantes. Dejemos de lado, pues, tantos chismes baratos. Si Mejía quiere ir, bien. Si no lo desea hacer, bien también…

Maginito, las cosas que pasan por aquí son las del carajo. Ayer había tremendo relajo entre médicos, pues se comentaba que Salud había dispuesto «inaugurar» hoy jueves un tomógrafo axial computarizado en el hospital infantil Robert Reid Cabral. Sin duda alguna de que es tremendo logro que se instale ese sofisticado aparato en el centro médico. Ahora bien, lo que provoca la hilariedad de los médicos es el hecho de que el tomógrafo ha sido «presentado», pues se alega que no se ha completado su instalación, no se ha hecho pruebas de si esa instalación es totalmente correcta y mucho menos se ha designado el personal que lo manejará. Además, Maginito, ¿quien carajo ha visto eso de que un tomógrafo se inaugura? Se inaugura un centro hospitalario, un local para instalar el aparato. ¡No seamos tan payasos!…

Entonces tenemos que el Ayuntamiento de Dajabón ha dictado  una ordenanza por virtud de la cual cobra un impuesto a determinados vehículos de carga que entren a sus dominios. ¡Ya si llegamos! Mire, Maginito, ningún Ayuntamiento tiene derecho a imponer cargas de especie alguna, sin la previa autorización del Consejo Nacional de Desarrollo. Y ese Consejo se reune aquí una vez al año, para darle una pequeña lecturita al proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos. ¡Quién caiga en el gancho que tira el cabildo de Dajabón , allá él, por guanajo!…

¿Cómo es la vaina? ¿Qué cobran 500 pesos a manera de peaje para vender gas propano en envasadoras privadas? Ni modo, Maginito, aquí las autoridades están de vacaciones, aun cuando siguen cobrando los salarios que pagan los pendejos contribuyentes…

Ahora se afirma que el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Autoridad Metropolitana de Transporte se han puesto de acuerdo para cobrar entre 1,500 y 3,000 pesos a los dueños de vehículos que sean remolcados por estar estacionados encima de aceras, incluyendo los oficiales. Vamos a colaborar con las dinámicas autoridades mencionadas, para que se hagan de un dinerito rápido, y a invitarlas a darse una vueltecita por la Ortega y Gassett, entre la 27 de Febrero y la Kennedy, muy especialmente por la zona frente al hospital de las fuerzas Armadas. ¡Buena suerte y no borre su cartón!…

Este país es raro y difícil. Ahora tenemos que hay en el reformismos socialcristiano alguna gente que desea dar una especie de  reingreso póstum al exvicepresidente Jacinto Peynado, cuyos restos serán traídos el próximo martes. Se le expulsa del partido al cual tanto sirvió, por «traidor», en vida, y después de muerte quieren honrarlo. ¡Timbaludos los muchachos! Es decir, por haber fallecido, han desaparecido las causas que se esgrimieron para vejarlo. No joda nadie. La familia de Peynado, quien cubrió muchas jornadas políticas en este país, es la primera que debería poner en su sitio a quienes ahora desean especular  con el nombre del distinguido político fenecido. Hasta donde sabemos, ninguno de esos que ahora se «movilizan» hizo la más ligera crítica al líder reformista cuando éste le pegó la zancadilla a Peynado para fastidiarlo en sus aspiraciones presidenciales, incluyendo su abstención personal de votar por el candidato de su agrupación en una primera vuelta, y haciéndolo por un nominado contrario en la segunda. ¡Qué bueno es coger piedras para los más chiquitos!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas