Coctelera

Coctelera

Buen día, mi querido Magino. Sean mis primeras palabras para desear un feliz viaje al presidente Leonel Fernández y señora, así como también a sus acompañantes. El jefe del Estado viaja a Londres, invitado por Su Majestad, la reina Isabel. Permanecerá tres días en Gran Bretaña. Y aprovechará la ocasión para dar “toques técnicos” en Francia y España…   Cada vez que nace un medio de comunicación impreso, nos sentimos contentos, como también podemos decir que la tristeza nos embarga cuando un medio impreso desaparece del difícil escenario nacional. Por eso, Magino, hoy le decimos que estamos alegres por la salida de Clave, semanario gratuito que circulará cada jueves, propiedad de Media Team Dominicana, que preside el empresario ingeniero Abraham Hazoury Toral. El tabloide se puso a circular anteanoche en un acto en el Hilton y fue notorio el poder de convocatoria de los organizadores, pues los más representativos sectores de la vida dominicana se pusieron presentes. Entre los asistentes se encontraba el expresidente Hipólito Mejía. Bien, Maginito, suerte al nuevo periódico y que pueda contribuir al desarrollo de la prensa nacional…  Mire, mi querido Maginito, vamos a hablar un chin de la vaina esa de la presencia norteamericana en Barahona, presencia militar desde luego, pues la cañera la hubo durante más años que el carajo. El gobierno norteamericano, a través de sus voceros más calificados en el país, ha dicho que esa presencia no tiene nada de particular, pues se trata de un programa de obras que es desarrollado para beneficio de los dominicanos. Hemos estado entre quienes no le conceden fines de “invasión” u otras pendejadas a la presencia de los militares estadounidenses, pues hemos visto que, anteriormente, se han puesto en marcha programas similares en otras localidades. Tampoco hemos creído en eso de base militar o pendejuanitas por el estilo…   El gobierno dominicano, aunque no ha emitido un pronunciamiento oficial, sí ha dicho, de manera informal, a través del jefe de las Fuerzas Armadas, que no se trata de la construcción de base o cualquier otra vainita de esas. Pero ante la clausura de la de Vieques y la presión que provocará, a corto plazo, que los ahijados del Tío Samuel dejen Guantánamo, en Cuba, mucha gente se pone más bronca que una guinea tuerta. Es más, mi querido Magino, hasta el coctelero se engrasa para resbalar…   Si usted se pone a calcular, tranquila y calladamente, llega a la conclusión de que Barahona sería una zona ideal para una base, siempre y cuando ese sea el objetivo que se persiga. En la querida ciudad sureña existen un puerto y un aeropuerto que están desocupados, que virtualmente no operan. Son sitios ideales para depositar equipos militares esenciales en cualquier base. Tiene Barahona la loma del Curro, estratégica, bien situada, y que llegó a mencionarse hace poco como el punto esencial para obtener el material de relleno que se usaría en la felizmente fracasada construcción de una “isla artificial” frente al Malecón de Santo Domingo…  A mi no me lo crea, Maginito, pero me dicen que en las proximidades de el Curro ya hay zonas “restringidas” en las cuales los pescadores no pueden penetrar. También se especula de que grandes comerciantes dominicanos han ofrecido dos cotizaciones distintas para suministrar rollos de mallas ciclónicas que permitirían cercar 110 kilómetros cuadrados en lo que sería tremendo recinto. Mire, viejito charlatán, ojalá todo eso sea mentira. Prefiero creer que lo es. En primer término, no creo que los norteamericanos sean tan cretinos para pretender una base en Barahona, a menos que sea por la fuerza, como tampoco creería que un gobierno dominicano permita esa instalación. No me imagino un régimen tan boca de burro que pueda tolerar una cosa como esa, sin prever lo que ocurrirá a nivel nacional con un pueblo que, mansamente, no soportará nuevas cadenas. Preferimos creer que los “americanos” están en Barahona para hacer unas cuantas obras de desarrollo. Esperamos que esas obras se realicen a la mayor brevedad posible y que los guardias extranjeros se marchen a su país. Y, claro está, el hecho de que tropas construyan obras de desarrollo, si no hay buena voluntad, no descarta fines ulteriores. ¿O acaso no fueron los norteamericanos los que construyeron, en el período 1916-1924, tres carreteras troncales, muchísimas escuelas, clínicas y trazaron las normas burocráticas y administrativas que aún hoy imperan, todo en medio de una intervención militar imperial?

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