Coctelera

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El liíto ese en que se involucra al presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Jorge Subero, y a los demás miembros del máximo tribunal parece que no es una pendejadita. El doctor Subero aspira que cuando menos las dos terceras partes de la corte le ofrezca un voto de confianza, pues solo así permanecería al frente del organismo. El pasado miércoles `soplaron` que doce jueces habían ofrecido su respaldo a Subero. Dos matutinos –HOY no está entre ellos– publicaron la especie, pero ayer, bien tempranito, magistrados de la Suprema negaron lo del voto de confianza y uno de ellos llegó a decir que cuando se conoció la carta de Subero a sus compañeros pidiendo ese voto de confianza, se reclamó un tiempo para usarlo a manera de compás «de reflexión» antes de responder la misiva. Si eso es así, mi querido Magino, la cosuanita no es una pendejada, pues si usted pide un voto de confianza y sus compañeros deciden estudiar la situación, de hecho le están diciendo «váyase en paz, mi compadre, váyase en paz»….

El secretario de Finanzas, mi querido Magino, es un hombre al cual no se le aprieta el pecho para defender el gobierno al cual sirve. Y eso hay que admirarle. Pero no hay dudas de que Rafael Calderón es un muchacho de lo más ameno. Ahora habla de que no hay atrasos en el pago de los intereses a los tenedores de los bonos soberanos, pues el gobierno tiene treinta días de plazo para hacerlo. Según Calderón, ya se expidió un cheque por veintinueve millones de los hediondos para comprar los dólares necesarios, a la tasa del mercado…..

Otro muchacho de lo más ameno es el amigo Pedro Franco Badía, dinámico secretario de Interior y Policía. La prensa publicó una declaración atribuida a don Pedro, quien considera que la trancadita de dirigentes sindicales que organizaron la huelga está dirigida a proteger la vida, la integridad física de los mismos, ante la eventualidad de cualquier atentado. ¡Bravo! Si eso es así, Maginito, hay que trancar a todo el mundo, pues deber del gobierno es proteger a todos los ciudadanos, en huelga o sin huelga…..

Ahora bien, Maginito, el premio soberano hay que dárselo al jefe del PPH, agrónomo Eligio Jáquez, cuando habla de la devoción que siente el presidente Hipólito Mejía, por la memoria del presidente norteamericano Franklyn Delano Rooselvet. ¡No sabíamos esa vaina! Eligio consideró, en su presentación ante el Grupo Corripio de Comunicación Social, que Hipólito «es hombre de los americanos», pese a que los propios americanos entienden que carecen de amigos, que solo tienen intereses. De lo contrario, Magino, pregúntenle a Manuel Antonio Noriega o a Sadam Hussein. De todos modos, Maginito, coja un torpedito de Eligio: Hipólito se decidió a relegirse para no ver trunca su obra por la crisis económica internacional y la local generada por las quiebras bancarias. De todos modos, no está demás decir que el PPH ya gestaba la repostulación desde antes de la juramentación presidencial….Tremenda la foto de HOY en que aparece un «ciudadano» con pasamontañas y arma `casera`disparando durante la huelga. Demostración, palpable del civismo de alguna gente. Pero por ahí viene la contrapartida: la gráfica de dos policías en una moto, uno de ellos disparando su revólver de una manera que hubieran envidiado los salvadores del oeste norteamericano Charles Starrett, Bob Steele, Bill Elliot, Bob Livingstone, Buck Jones, Tom Mix, Roy Rogers, Gene Autry y el superbo John Wayne. Esas dos fotos merecen ir a una colección para la historia, para que se vea que tanta violencia generan los inconformes desde la oposición como los que reciben pagas para defender un orden que alteran con sus actuaciones de gorilas ensoberbecidos….

A Pedro Manuel Casals le gustó tanto la huelga que la quiere indefinida para que el gobierno varíe su política económica y renuncien sus miembros menos el presidente y el vicepresidente. Sin duda alguna se puede pensar que trabajar, sofoca. Por eso, vamos a proponer que se coloque a la cigüita palmera –ave nacional– junto a otro monumento también nacional, la hamaca reivindicadora….

Me dicen, Maginito, y no lo creo, que hay un turpén que construye almacenes en la capital y Santiago, –con uno chiquitito en Puerto Plata– por si se ve en la necesidad de introducir contrabandos extraordinarios. Amén.

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