Coctelera

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Maginito querido, al comenzar la Semana Santa, ¿por qué no reflexionamos un chincito? ¿Por qué no practicamos un auténtico examen de conciencia? ¿Por qué, viejo bandidazo de película, no cumplimos con nuestro deber? ¿Por qué no amar, como debe amarse, a la madre patria, no a la siempre llamada asi, sino a la que le vio nacer y le verá morir? Mire, carísimo amigo, en lo que respondemos esas inquietudes, vamos a dar salida a una pieza de correspondencia -así le decían antes en Correos- que crecemos de actualidad. Tome la que más bien es un manifiesto que una misiva. Aquí le va… “Leo, emocionado por un lado, aterrorizado por el otro, una épica declaración del Canciller, en la cual se advierte que al iniciarse el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, en julio próximo, desaparecerá la factura consular. ¡Oh!, grito desesperado, ¿qué pasa en este dichoso mundo globalizado? ¿Cómo es posible tanta injusticia, tanto abuso? ¿Qué culpa tienen los cónsules de que se inicie un TLC con el poderoso imperio norteño para que sus fuentes de ingresos se reduzcan a su mínima expresión? Quién desesperado esto escribe fue cónsul varios años y los ahorritos de que dispone -gracias a Dios nunca se acabarán- se deben a la factura consular que hoy se ultraja y se mancilla. Todo eso, además de tener que viajar periódicamente a mi país, para llevar a mi gobierno lo suyo, independientemente de engrasar los bolsillos siempre secos de funcionarios serrucha-palos… “Se nos maldice, se nos insulta, se nos acusa de muchísimos yerros, pero nunca, jamás, se pregona el esfuerzo que tenemos que realizar, sobre todo en áreas de grandes movimientos comerciales. Comprendemos que han pasado cónsules que desacreditan la profesión porque ajustar sus honorarios a lo que dice la ley, ley gracias a Dios siempre discreta y fácil de mandar al carajo. Pero quienes nos vituperan a cada rato ignoran los esfuerzos que tienen que realizarse para desarrollar un horario de 9 a 10 de la mañana, de lunes a viernes, para atender obligaciones oficiales. Más se ignora sin embargo, que pare poder atender las solicitudes de los importadores establecidos en nuestro país, nos obligamos a trabajar a contar de las 10 de la mañana, y hasta que caiga la paloma y por eso solo cobramos “horas extras” para resarcir, mínimamente, el esfuerzo realizado… “¿Que importa a los defensores del TLC que no se pueda premiar, en lo sucesivo, a abnegados políticos que son enviados a los consulados con jugo, no a las intelequias, para reembolsar gastos, para repartir beneficios o, simplemente, para coger lo “suyo”? ¿Cómo podrán nuestros débiles gobiernos, de julio en adelante, designar cuchimil funcionarios consulares si no habrá ingresos de facturas consulares para entregarles su boronita? ¿Es eso justo? ¿Cómo poder cubrir buenas asignaciones a embajadores si los cónsules ya no tienen de donde picar y extenderse para atenderlos? ¿Es eso justo? ¿Es eso retribuir los servicios que a la patria amada se prestan desde lejanas playas? Y dónde no hay playas también… “La desunión que nos invade, sin embargo, es cuanto hace más grave la situación, pues ¿qué impide a todos los excónsules y cónsules unirse? ¿Qué evita que unamos nuestras voluntades para exigir al gobierno, como algunos productores, que mandemos al carajo al TLC ese que firmó Hipólito y ahora le pegan a Leonel? Ah, querido viejo, eso evita la ambición. Quienes han sido cónsules y son cónsules aún, en grandes mercados, no querrán repartir con los que boronean por ciudades en cuyos puerto pasa un barco cada tres meses o por ciudades de las cuales se importa un paquete de condones a la semana. Por eso se impone el grito de ¡cónsules y vicecónsules del mundo, ¡uníos! ¡No dejéis, bajo circunstancia alguna, que los ambiciosos corten vuestros justos emolumentos y cositas adicionales! ¡Debéis luchar por lo que legítimamente os pertenece! Al carajo el TLC y sus defensores. ¿Por qué favorecen importadores en detrimento de vuestros servicios? Recordad a tiempo que debéis unir vuestros esfuerzos o no os salva ni San Macuto, El Recaudador, patrono de santos y de delincuentes. Deseándoles a todos muy felices pascuas y próspero año nuevo, pues ya hice lo mío, os saluda Engrasada Full Time (Aduanita)”.

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