Coctelera

Coctelera

”¿Podrá alguien  decirle al huelgólogo Ariel Suero que la risa es un remedio infalible como cita Reader’s Digest?”. Farmacia Mella…

Querido Magino,  ¿se fijó usted que mientras experimentados economistas de oposición ven al país a las puertas de una hambruna, el director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), doctor Jacques Diouf, consideró que República Dominicana tiene garantizado, internamente, el abastecimiento de la mayoría de los productos agropecuarios que consume. Eso sí, declaró Diouf, se acabó el tiempo de los alimentos baratos, de abandonar el campo para importar productos a precios de ganga. El doctor Diouf dijo que la FAO trabaja con Agricultura y Medio Ambiente, con técnicos nacionales y extranjeros, en la preparación de un informe en donde se tomen en cuenta no solo los aumentos de la productividad física de los cultivos sino también la pesca, la calidad de los productos y las condiciones fitosanitarias. La visita de Diouf, en estos días difíciles, mi querido Magino, abre una brecha de optimismo…

Magino,  permítame que haga llegar mi más sentido pésame al apreciado colega Christian Jiménez en ocasión del fallecimiento de un hermano, Melvin Romero Jiménez. Mucha fe en Dios, querido amigo…

Se tiene entendido,  viejo Magino, que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) denunció la intercepción telefónica de cuchumil de sus altos dirigentes. Esa es una práctica mezquina, detestable, pues nadie tiene derecho a invadir la privacidad de otra persona. La ley señala, don Magino, los pasos que deben darse para interceptar un teléfono. El PRD denunció que el gobierno se vale de un ayudante fiscal y un juez para interceptar sus teléfonos. Ahora bien, caro Magino, no crea usted que son los organismos de inteligencia (¿o de brutalidad?) del gobierno los únicos que interceptan teléfonos. Lamentablemente se han ensanchado los horizontes de los interventores de teléfonos desde aquellos días en que Negro Trujillo se pasaba horas muertas escuchando conversaciones entre mujeres mientras degustaba racimos de limoncillos. Los avances de la tecnología han puesto en manos de cualquier persona los más sofisticados equipos para intervenir teléfonos, grabar conversaciones a distancia y otras “travesuras” electrónicas. Aquí graban funcionarios civiles y militares, gente de la oposición, empresarios, curas y otras yerbas. Y desde hace años hay unos “jovencitos” que operan verdaderas “industrias”, fuentes de riquezas generadas por el espionaje y el chantaje. Han sido protegidos por los gobiernos que, generalmente, han sido sus principales clientes.

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