Coctelera

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”La Junta  Central Electoral ha acreditado más de cuatro mil observadores para las elecciones del 16. ¡Cuántos rascabuchadores comiciales!”. Farmacia Mella….

El secretario  de Estado de Salud Pública, doctor Bautista Rojas Gómez, está de acuerdo en que le aumenten el sueldo a los médicos, en base a la productividad, al rendimiento de cada uno de ellos en los centros estatales en que laboran. Rojas Gómez expresó que “hay que entender que un médico que trabaja cuatro o cinco horas”. Eso, mi querido Magino, en apariencias no amerita discusión alguna. El funcionario añadió que cualquier discusión de aumento salarial debe ser bajo la premisa de que un médico que hace una cirugía al mes no puede ganar lo mismo que uno que hace treinta cirugías”….

Bien,  amigo Magino, no hay duda alguna de que este es un tema muy complejo. Es una lástima ser un profano en esta materia, pero aun así cualquiera se pregunta quién o quiénes van a calibrar el trabajo de cada facultativo. Rojas Gómez opina que un médico que hace treinta cirugías en un mes no puede percibir los mismos ingresos de quien solo hace una. Aparentemente Rojas Gómez tiene la razón. Cirujanos amigos me han dicho que todas las operaciones, por más sencillas que luzcan, conllevan riesgos. Y las hay que son de vida o muerte….

Tomemos  por ejemplo, el caso de un neurocirujano. Este tiene, en ocasiones, que permanecer diez, doce horas o más en un quirófano, practicando una intervención quirúrgica para tratar de salvar la vida de un paciente. ¿Y el anestesista de esa operación? Esa operación es bien distinta, digamos, a la extirpación de las amígdalas o de la apéndice. Y por el trabajo bien hecho, hay que darle crédito al cirujano y a su equipo de labores. ¿Y qué me dice usted de un cirujano cardiovascular, que cuando interviene a un paciente tiene que hacerlo durante largas horas?….

Medir  el trabajo de cada médico por su “productividad” no es cosuanita fácil. Está muy bien, caro Magino, que si un médico es designado en un hospital para trabajar cuatro horas diarias, se le obligue a cumplir el horario y no que se aparezca cuando le venga en ganas, que “trabaje” como los amigos de las “nominillas”. En la pugna del gremio médico y Salud Pública, no hay duda de que el asunto horario no es una pendejadita, pues muchos facultativos laboran en dos hospitales y en cada uno de ellos, lógicamente, percibe un salario. Eso es algo que, fácilmente, no van a perder los médicos agremiados.

No creo,  finalmente, que sea viable lo de la supuesta productividad o rendimiento. Más sencillo es enviar al dogout al médico que no trabaje.

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