Coctelera

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De acuerdo, Maginito: las plantas radiales y de televisión del Estado bien podrían llamarse “La Voz Dominicana”. Y eso nada tendría que ver con el general J. Arismendy Trujillo Molina (Petán) ni con la dictadura que encabezaba su hermano. Es más, lo lamentable es que esas plantas no puedan hoy disponer de quinientos empleos fijos y una programación de dieciocho horas a base de artistas criollos y jureles extranjeros, sin grabaciones ni otras pendejadas. Desde luego, Maginito, eso no quiere decir que nos veamos obligados a cambiar el nombre del país por República Azar. Pero cualquiera cree que por ese camino vamos. Fíjese usted, anteanoche, el presidente Leonel Fernández y su esposa, y el vicepresidente Rafael Alburquerque y señora encabezaron la apertura de la espectacular Feria del Libro. Plantas y canales del Estado comenzaron a transmitir el acto, pero cuando hablaba el secretario de Cultura, profesor José Rafael Lantigua, comenzó a salir un cintillito anunciando que en pocos minutos se difundiría el sorteo de la Lotería Nacional, propiedad del Estado. Pasaron unos minutitos y como quien no quiere la cosa, la Lotería Nacional se tragó la Feria del Libro. ¿Es qué existen compromisos “extracurriculares” que obligan a la Lotería a la precisión cronométrica de su sorteo? ¿Qué pasaría, a lo interno, si se dilatan unos minutos o un par de horas? Sería bueno averiguarlo, pues una vez, en plena dictadura, “la rifa gratis para los oyentes” —que no se sacaba nadie— tenía que “tirarse” varias veces al día y a horas exactas. Y no por cuestiones locales, sino por la combinación con los boliteros de Puerto Rico y las antillas menores… Mi querido Magino, vamos en ruta hacia la “modernidad” más moderna que pueda concebir un cuerpo moderno como el de la moderna Junta Central Electoral (JCE). En un

organismo donde el cinismo juega con duro. Este es el momento que se ignora, de manera oficial, la lista completa de candidatos a las elecciones congresuales y municipales del venidero 16 de mayo. Es más, alguien tuvo el tupé de gritar que la lista completa sería facilitada el día 11, es decir, cinco días antes de que los pendejos se pusieran en fila para escoger sus verdugos de medio cuño. Esto, desde luego, sólo puede pasar en un país donde todavía hay gente que hace la señal de la cruz al mediodía, come de todo para ponerse bobo, duerme siesta con mosquitero, después de rezar y hacer pipí. Todo es secreto, cuando la que verdaderamente debería disponer de “secreta” es la Policía, especializada en capturar bandidos y no estar llena de estos especímenes. Pero por más vueltas que se le dé al asunto, no joda la JCE, que ya se tienen que haber perdido muchísimas boletas por impresiones de candidatos que no lo son y eso no es manicito tostado sino una enema de clorato…Lo lindo del caso es que los magistrados afirman que todo está bien, que las actividades de la JCE son normales y que no habrá tropiezo alguno el 16. Es lo deseable. Es lo que quiere todo aquel que ama el país y desea que el orden prevalezca. Lo que no se explica es que existan tantos líos con las inscripciones de candidatos. Y que considerados candidatos no salgan de la JCE indagando si están en las listas o si les dieron por la santabárbara. Dígame otro país donde pase éso y le conseguirá pasaje gratis de ida y vuelta, al querido Haití, para que aprenda allí como es que el clavo se tuerce al entrar en contacto con el algodón… Ahora, Maginito, después de tanta porquería, una suave, fresca, positiva y encantadora: las congratulaciones al licenciado Marcio Veloz Maggiolo, un querido amigo de años ha, el más fecundo escritor dominicano de mucho tiempo, ya que se le ha hecho justicia al dedicarle la Feria del Libro de este año. Veloz Maggiolo es un verdadero orgullo nacional, un escritor de gran valía, que se destaca en distintos campos y es tremendo investigador. Mis congratulaciones para su esposa Norma, hija de mi inolvidable hermano Pimpím Santana.

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