Coctelera

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Solo Tailandia,  Brasil y Filipinas tienen más prostitutas alrededor del mundo que la República Dominicana. ¿Y qué? ¡Somos el cuarto bate de ese equipito de cueros”. Farmacia Mella…

Magino,  nos llenan las bases, sin outs, y no se observa movimiento en nuestro bull- pen. Por el contrario, seguimos en forma alegre e irresponsable un ritmo de vida como si fuéramos de los principales productores de petróleo y dueños de una autosuficiencia alimentaria. Desde hace tiempo advertimos que el país no podía soportar el alza continua en los precios de los combustibles y que la factura petrolera, aun con las ventajas que nos ofrece Petrocaribe, nos rompería el espinazo…

Se dictaron  tímidas medidas cuya ejecución no han dado resultados positivos. Por el contrario, y con una campaña electoral que no puede alegrarnos, hemos consumido más gasolina y gasoil que en cualquier tiempo pasado. Insistimos que no se relegara la agropecuaria a un segundo plano, pero al parecer dominó el criterio de que la “economía de servicios” nos salvaría. Despertamos cuando estalla la crisis alimentaria que estremece a Egipto, Sudán, Senegal y Haití. Aquí los precios de los alimentos suben como la espuma y la oposición, maliciosamente, culpa al gobierno por el gran problema…

El gobierno,  que espera ser reelecto, pone en marcha un plan, se supone que a base de subsidios. Para tratar de que los alimentos básicos  mantengan precios asequibles a la población. El Banco Central, al mismo tiempo, anuncia que colocará cien millones de dólares para evitar el alza en los precios de productos esenciales importados. Esa medida, sin embargo, se dirige también a reducir el circulante y a mantener estable la tasa cambiaria, todo en vísperas de las elecciones. Sin duda alguna que pegamos parchos por todos lados….

Mire, Magino,  el gobierno tiene que irse al campo con todas sus fuerzas y una meta definida: aumentar la producción. No es de ahora que se habla de desarrollar la agro- industria y lo poco que se ha logrado ha sido por el sector privado pues nuestros gobiernos son medio sordos. ¿No sería mejor que los 100 millones inyectados por el Banco Central se dirigieran a la siembra de productos alimenticios que se pusieran al alcance de los pobres? Todavía hay tiempo para evitar una hecatombe. Se necesita, sin embargo, un esfuerzo combinado entre gobernantes y gobernados, un esfuerzo dirigido a la producción masiva de alimentos y al desarrollo de un programa de ahorros que nos conduzca a la reducción de la factura petrolera y evite los gastos superfluos que tanto gustan a los gobiernos.

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