Coctelera…

Coctelera…

Saludos, Maginito. Hoy voy a volar el dialoguito, pues los apagones siguen viento en popa y a toda vela (!). Y veo que el PRD, según Eligio, ofrece «paz o guerra» al venidero gobierno. Todos queremos paz, pero que sea una paz inspirada en la justicia. Por demás, quien tenga miedo, que se compre un perro prieto, pues el de mamá Bélica quedó bastante lesionado. Mire, viejito, coja una cartita de lo más que se yo, oportuna ahora cuando se habla de corrupción, y que fue enviada el 29 de diciembre de 1920 por el arzobispo Adolfo Alejandro Nouel al ministro yankee aquí, W. W. Russell. Lea, disfrute y goce de los apagonazos…

«Honorable señor: Desea usted conocer mis impresiones acerca del estado general del país. Creo no equivocarme al asegurarle a usted que su estado general es próspero. El trabajo individual es intenso. al cultivo de la tierra ha respondido pródiga la naturaleza con buena cosechas; el alto precio que para nuestros frutos se ha mantenido en el exterior ha sido causa de que los agricultores se hayan respuesto de los perjuicios sufridos en años anteriores. La paz reina en todo el país el pueblo desea mantenerla y aprovecharla; pero ese pueblo comienza ya a creer que no le será posible continuar indefinidamente en un estado de cosas en el cual no puede disponer libremente de su trabajo y por consiguiente teme caer a la larga en un estado de verdadera esclavitud. El pueblo ha sufrido, si no conforme, al menos resignado, el sonrojo y el peso de una intervención. Ha sufrido sentencias prebostales en asuntos completamente civiles, cuando según la proclama del Almirante Knapp ese tribunal, no debía conocer sino de asuntos militares. Ha sufrido sentencias de un tribunal ( el de reclamaciones) que falla soberanamente sin derecho algunos a al apelación…

«El pueblo reconoce la necesidad de pagar impuestos directos sobre la propiedad territorial; pero no puede conformarse con algunos preceptos injustos de una ley casi incomprensible por lo compleja y de dificilísima aplicación en la práctica. El pueblo ha soportado pacientemente que, desde hace varios años, una parte de los seis millones de pesos que se le obligó a contratar cuando se celebró la convención, dizque para fomentar sus riquezas, se haya invertido en sueldos lujosísimos de empleados y directores…

«La oficina de Obras Públicas es considerada por el pueblo como una verdadera válvula de escape por donde se ha ido y se va gran parte del dinero del pueblo destinado a caminos, etc. Esa oficina según tengo entendido se instituyó porque se creyó que en Santo Domingo, ni había profesionales aptos para dirigir los trabajos ni hombres honrados para administración de los fondos; pero en la práctica ha resultado que la actual dirección científica de Obras Públicas tiene menos capacidad técnica que cualquiera de nuestros maestros de obras, y la administración de los fondos corre tanto o mayor peligro, como si estuviera en manos de algunos de nuestros especuladores. Y ese estado de cosas se mantiene según las versiones que corren, porque el sistema de recompensas por servicios prestados o la política interior eleccionaria allá en los Estados Unidos, dizque así lo exije. El pueblo ha soportado por espacio de tres años una censura para la prensa, no solamente humillante y despectiva, sino también ridícula y pucril. Yo recuerdo haber visto una artículo científico observado por un censor, con su sello y firma, prohibiendo su publicación porque el autor de dicho artículo decía: «Kant, el gran pensador alemán, padre de la filosofía moderna, no puede considerarse inferior a Aristóteles ni a Platón, etc». La guerra había estallado ya contra Alemania y aquel infeliz censor creyó tal vez que el elogio tributado al gran filósofo alemán podría causar la derrota de los ejércitos aliados…

«Un sacerdote español, de conducta ejemplar, que desempeñaba la cura de almas en Sánchez, fue reducido a prisión, incomunicado y encerrado en Samaná en inmundo calabozo, en donde permaneció cerca de seis meses, por el solo hecho de haber elogiado en una discusión de sobremesa, en el hotel donde se hospedaba, y mucho antes de entrar los Estados Unidos en la guerra, el valor y la organización del ejército alemán. El pueblo dominicano es verdad que en su conmociones políticas presenció más de una vez injustas persecuciones, atropellos a los derechos individuales, sumarios fusilamientos, etc. pero jamás supo del tormento del agua, de la cremación de mujeres y niños, del tortor de la soga, la caza de hombres en las sabanas como si fueran animales salvajes, ni del arrastro de un anciano septuagenario en la crin de un caballo a plena luz meridiana en la plaza de Hato Mayor…

Nosotros, no lo niego, conocíamos el fraude en los negocios y el robo al detalle de los fondos públicos; pero con la ayuda y la lecciones de varios extranjeros, nos perfeccionamos en el arte del engaño y en las dilapidaciones al por mayor. Un cónsul americano, allá por el año 1887, nos enseñó a cargar barcos de leña inservible como si fuera cargamento de buena caoba los cuales se perdían en nuestro puerto sin que la más lijera brisa eserespara las aguas del mar Caribe…

«La gavillería entre nosotros era planta exótica; ella ha sido implantada últimamente y patrocinada en varias ocasiones por algunos que prosperaban más fácilmente en su negocios con nuestro antiguo régimen criollo.La guardia Nacional no ha tenido todavía ni buenas selección ni una dirección adecuada. Esa institución, única garantía de la sociedad, debería ser comandada por hombres de mayor altura. Afortunadamente los jefes superiores del gobierno militar, se esfuerzan en rectificar errores y en impedir que se repitan los horrores pasados. He conocido muchos oficiales y empleados americanos que por su corrección e ilustración, honran a su país. Pero Ud.comprenderá que en la imaginación del pueblo perdura por más tiempo los efectos de una injusticia y de atropello que las consecuencias de mil acciones buenas ajustadas a la ley. Yo no dudo que si se estudian los tres memoriales que la Junta Consultiva ha presentado al Gobierno Militar; si el Gobierno Americano, saca a este pueblo de la incertidumbre en que vive acerca de su futuro destinos y le habla con toda claridad acerca de sus presentes condiciones, si logra mantener dentro de los limites racionales las aspiraciones del Capital y se moderan los apetitos injustos de especuladores sin escrúpulos ni conciencia y se le convence de que sus sacrificios y heroísmo sufridos hace 75 años por obtener su libertad y el derecho de gobernarse independientemente, como lo obtuvo entonces de todas las naciones civilizadas del mundo, no será infustruosas, ese pueblo llegará a ser un amigo sincero y agradecido del gran pueblo de Lincoln y de Washington.

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