Coctelera…

Coctelera…

¡Qué apagones más amenos los que nos regalan las jodes! Uno jamás se cansará de agradecer tantas y tantas atenciones energéticas. Sin duda alguna, mi querido Magino, no hay forma de estimar las donaciones de esos ilustrativos apagones. Y confiamos en que los exégetas gubernamentales no vengan de nuevo con las guayabas de que todo mejorará en los próximos días. ¿Para qué diablos queremos mejoras, si estamos tan bien como estamos?…

Maginito, no hay ningún hoyo nuevo en el Mercantil. Lo que hay es tremenda tronera, cuando se descubren 2,400 millones de tululuses prestados o transferidos por ese banco, sin garantía alguna. Y lo que dijo El Nacional, en una u otra forma, lo confirman el superintendente de Bancos y el gobernador del Central…

Lo cierto del caso es, mi adolorido Magino, que cualquiera se pregunta si habrá cachaza para dejar las cosas como están, mientras el Central sigue con la vainita de los certificados con tremendas tasas de interés y la inflación golpea por todos lados a los come-jaibas. Es decir, ¿tendrá el azotado contribuyente, sobre todo el de cargas indirectas, que pagar el festín bancario? Si eso es así, carísimo Magino, vuelva y présteme a Fidel, por seis meses nada más. Eso sí, con un pardeón portátil para hacer “especiales” en distintos puntos de la nación. Ya, Maginito, no es suficiente con un purgante de alambre de púas a los responsables de tantas vagabunderías…

Por ahí preguntan qué harán con los aviones estacionados en Herrera si comienza la demolición anunciada el anunciado próximo viernes. No me pregunte que hacer con esos aparatos, pues estoy inclinado a contestarle y a usted, viejo vagabundón, no le gustarán las respuestas…

Geomar García firma tremenda historia en El Nacional de ayer tarde, relacionada con el presidente Hipólito Mejía y el embajador de los Estados Unidos, Hans Hertell. Habla Geomar de la forma en que se han deteriorado los nexos entre el mandatario y el diplomático y del disgusto que causó a Mejía la actitud asumida por Hertell en la recta final del proceso electoral que culminó el pasado 16 de mayo con el triunfo espectacular del peledeísta Leonel Fernández sobre el perredeísta Mejía. Alrededor de estos nexos se han hecho especulaciones por pipá y Geomar cita la amistad existente entre Mejía y Hertell. Ahora bien, si existe el gran deterioro, no se puede olvidar que por encima de cualquier amistad entre Mejía y Hertell, por encima de cualquier simpatía de Hertell por su amigo, hay un detallito quizás muy pequeñito: Hertell es el embajador de los Estados Unidos y está obligado a cumplir instrucciones de su gobierno… q No hay duda alguna de que Hertell asumió una posición dura en la citada recta final. Por ejemplo, encabezó un movimiento, con otros jefes de misiones y el mediador Agripino Núñez Collado, que dio al traste con el plan de algunos miembros de la Junta Central Electoral (JCE) y que tanto entusiasmó al perredeísmo: la formación de una cadena radial y de televisión. La presión de varios embajadores y de Agripino, junto a una resuelta posición sustentada por el presidente del pleno de la JCE, doctor Luis Arias, evitó que se consumara lo de la cadena, algo que se trató de montar hasta la misma noche del día de los comicios…

Es evidente que Washinton se preocupó por las elecciones dominicanas. De eso no hay duda alguna. El representante Bob Menéndez fuñó hasta más no poder y jamás le sacó el guante de la cara a Colin Powell, el secretario de Estado. Se habla de que Powell no estaba muy contentito con el gobierno de Mejía y hay quienes afirman que el retiro de las tropas dominicanas de Irak no gustó al jefe de la diplomacia yankee, no por el retiro en sí, sino por que a él se le había informado lo contrario. Pero el punto culminante, según entendidos, es que el Departamento de Estado siguió con marcado interés el resultado de todas las encuestas que se hicieron en el país y estuvo de acuerdo con los sondeos que daban a Fernández como ganador por amplio margen sobre Mejía. Y con la situación que se presentaba en el área caribeña, con un Haití virtualmente ingobernable, una Venezuela revolteada y una Cuba que iba a ser objeto de endurecimientos del bloqueo, lo que menos querían los norteamericanos era una República Dominicana alborotada si se buscaba forma alguna de alterar resultados comiciales…

Magino, ¡qué bien parado sale el doctor Balaguer de las memorias del expresidente Bill Clinton! El mandatario asegura que Balaguer, pese a estar ciego, enfermo y en la ancianidad, cuando él lo conoció, estaba mentalmente como si se tratara de una aguda tachuela! Pregunte por aquí a cuantos clavó esa tachuela en su larga carrera política.

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