Coctelera

Coctelera

Buen día, querido Magino. Para comenzar le diré que dos pequeñas esquelas mortuorias, publicadas en Diario Libre, me  enteraron del fallecimiento del viejo amigo Carlino González Batista, quien murió el pasado día 9, a los 92 años de edad. Las jóvenes generaciones, incluyendo las políticas, ignoran quién fue Carlino González Batista. El Coctelero, que le trató y le apreció de veras, lo considera uno de los políticos más serios que ha nacido en este complicado país. Le conocí a través de su hermano Radhamés (El Gavilán), un tremendo jugador de béisbol de aficionados y uno de los mejores hiteadores que observé en su época.

También mantuve relaciones amistosas con el más pequeño de los hermanos, Paul. Pero fue Carlino quien más me llamó la atención por sus ejecutorias de bien… Carlino González Batista perteneció a la generación de fundadores del socialcristianismo en el país, de un socialcristianismo que jamás tuvo vinculación con el Partido Reformista, dicho sea ésto para evitar confusiones. Carlino fue compañero de otro hombre extraordinario, Alfonso Moreno Martínez, quien encabezó el Partido Revolucionario Socialcristiano (PRSC) en varias ocasiones y fue candidato a la presidencia de la República. Erradicada la dictadura de Rafael L. Trujillo, y cuando se permitió la libertad de acción política, los socialcristianos trataron de llenar un espacio y los más viejitos aun recordamos la boleta presidencial formada por Alfonso y Josefina Padilla Deschamps, una mujer valiosa y competente viuda de Rafael Augusto Sánchez Sanlley y quien hizo mutis muy temprano. Creo, con sinceridad, que mujeres de ese calibre hicieron mucha falta al desarrollo político dominicano… Carlino González Batista estuvo en primera fila en las tentativas de democratización del país y siempre lució confiado que el socialcristianismo era la solución a los ancestrales problemas dominicanos. Lo mismo pensaba, ingenuamente, Alfonso Moreno Martínez. Puede que el golpe de Estado contra Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, golpe motorizado por la ambición desmedida de una extrema derecha insatisfecha y unos militares trogloditas, junto a un segmento de poder de Estados Unidos, puede que ese golpe, repito, hiciera abrir los ojos a los socialcristianos, ya divididos desde antes del proceso comicial de 1962… Carlino González Batista, en varias ocasiones, me dijo sentirse asqueado por el desenvolvimiento político del país después de erradicada la dictadura, pues cuando creía superadas muchísimas lacras, observó que éstas fueron en aumento, especialmente la corrupción en todos los órdenes. Carlino González Batista se estableció en Puerto Rico. Respaldó el Pacto de Río Piedras, cuando el PRSC apoyó al PRD en su lucha para reponer a Bosch en el mando. Pero es claro, muy claro, que Carlino González Batista ya no quería nexos políticos de especie alguna. Vivió largos años en Puerto Rico y su sostén era su trabajo honrado…rComo era de esperarse, retornó al país que le vio nacer y morir. Observaba los problemas que nos aquejaban y siempre me dijo que el mayor de todos era el moral. Esa descomposición moral que nos abate, en todo momento, le mortificó en grado superlativo. Enfermo por años, nunca dejó de preocuparse por su país, por el destino de esta pequeña nación que tanto amó. Mucho sufrió al ver la división que afectaba la clase profesional a la que pertenecía, la de los abogados, y se sentía escandalizado cuando miembros de esa clase transgredían las leyes que estaban obligados a defender…  Comprendió como el socialcristianismo dominicano no resolvería mal alguno, pues se había incorporado al sistema, solo de nombre, descartando la base doctrinaria que le dio origen. Carlino González Batista ha muerto a muy avanzada edad. Y al descender a la tumba, mucho deploro que a este país le hagan tanta falta, en todos sus campos de acción, mentalidades tan bien intencionadas y honradas como la suya, la de Alfonso Moreno y Josefina Padilla viuda Sánchez. 

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