Coctelera

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Buenas, querido Magino. ¿Qué le pareció el discurso de anteanoche, pronunciado por el Presidente Leonel Fernández? Mire, viejito charlatán, el jefe del Estado, una vez más, probó que no es un maní y que le sobra habilidad cuando el cuarto se le llena de agua. Que la oposición fustigue la pieza es algo que no me sorprende. Hasta cierto punto, ese es su trabajo. Pero la verdad, en este caso específico, es que esa misma oposición había “advertido” la debacle que provocaría el anuncio de cargas impositivas que haría Fernández. Es más, se hablaba de que hasta el aire sería afectado con tributos…

Fernández, en cambio, comenzó desmontando el discurso opositor. Explicó que la “rectificación” fiscal no elevaría el ITEBIS del 16 al 18 por ciento ni afectaría a todos los productos habidos y por haber. Nananina sobre el asuntito ese del gas licuado de petróleo y la energía eléctrica. Y para los empresarios que pelean a tiempo completo, les recordó que la “rectificación” afectaría líneas que fueron “consensuadas una vez con ellos mismos en reuniones con la mediación de monseñor Agripino Núñez…  Y soltó lo suyo: duplicar la carga de la llamada vivienda “suntuaria”, el diez por ciento para los seguros y reposición de impuestos a los hoteles y moteles y cosas parecidas. Mire, Maginito, es claro que el discurso de Leonel sorprendió a algunos dirigentes opositores, que reaccionaron inmediatamente después de la alocución, sin haberla estudiado a fondo. Es más, por ahí apareció un desorbitado que tildó de “mentiroso” al mandatario por el hecho de anunciar economías en su administración al mismo tiempo que imponía nuevos tributos. ¡Vaya raro concepto económico!… Desde luego, mi querido Maginito, el discurso de Fernández también fue político, político desde que comenzó. Es posible que al mandatario se le fueran las manos en este aspecto de la cuestión, pues pudo ser más “suavecito”, dado que la “rectificación fiscal” tendrá que ir a las Cámaras Legislativas, donde la oposición podrá fuñir la pista aun cuando no decidirá la aprobación del paquetito. De pasada, Maginito, escuché gran parte de la comparecencia de ayer del secretario de Finanzas, Vicente Bengoa, en el programa Hoy Mismo. Vicente fue sumamente crudo cuando habló de que el Fondo Monetario Internacional tiene a punta de revólver al gobierno y le exige que la “rectificación” tiene que ser aprobada a más tardar el 15 de diciembre, para que el cuerpo de directores del policía del imperio la apruebe a más tardar el 22. Con todo y todo, Maginito, bien que se merece el FMI que los legisladores lo manden al mismísimo carajo aunque se fastidie cualquier programa… Por cierto, Maginito, en ese programa, mucho me gustó una propuesta de Oscar Medina, en relación con la vivienda suntuaria y el nuevo tributo anunciado por Fernández. Ahora mismo, viejito charlatán, cualquier vivienda de clase media cuesta cinco millones de pesos. Hay, sin embargo, algo que observar: usted dispone de una vivienda considerada suntuaria en la capital, pero al mismo tiempo es dueño de una residencia en La Romana, en Jarabacoa o Constanza, vivienda veraniega costosísima. ¿No sería justo que se sumara el valor de esas viviendas de su propiedad y entonces se calculara el impuesto a pagar?… No crea usted, Maginito, que dejarán de venir los cabildeos cuando la “rectificación” vaya al Congreso. Los mismos productores que fuñían la pista y lograron su cometido cuando las Cámaras eran dominadas por la oposición, volverán a la carga, incluyendo a los hoteleros. De todos modos, hay que esperar, para “ver que hagamos cuando lleguemos” como decía el viejo líder perredeísta… El Banco Mundial habla de que muchas empresas solo declaran la mitad de sus ventas para rehuir el pago de impuestos. Muy cierto. Y es que aquí hay vagabunderías al por mayor y al detalle. ¿Qué me diría usted si le dijera que casos se dan de médicos que reclaman a ciertos laboratorios alrededor del 50 por ciento de cuanto pagan los pacientes que refieren para distintas pruebas? ¿Y qué de los que se dedican a la venta de muestras y a solicitar a los distribuidores de medicamentos un porcentaje de sus ventas por el hecho de recetar sus productos? Gracias a Dios, según la Renta, esos médicos están en minoría, pero se les tiene el ojo echado, con el registro de información cruzada. Aleluya… Parece que al amigo Pérez Figuereo lo han dejado, nueva vez, con el moño hecho para su huelga. Por cierto, el que fuera una vez gran partido político habla de que apoya el paro. ¡Qué buena es la democracia y qué lejos han quedado los días patecabrísticos para romper negocios que se sumaban a los paros! ¡Amén!… Maginito querido, como que es poco noble oponerse a la posposición del juicio del caso Baninter por la ausencia del abogado principal del acusado Ramón Báez Figueroa, doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho). Vincho está en Boston, junto a su hijo Juárez, también abogado en el proceso, y quien fuera operado de una aneurisma en la aorta. La posposición del juicio hasta el regreso de Vincho es algo muy humano y nada se ha perdido, con dicha posposición.

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