Coctelera

<p>Coctelera</p>

Buen día, mi querido Magino. ¿Lo llamamos Día D o qué? Mire, viejito charlatán, desde siempre he sabido que mucha gente trata de dedicarse a ciertas actividades, generalmente recreativas, después de pasar las de Caín. A esas distracciones le llaman “botar el golpe”. Usted tiene que haber escuchado, muchas veces, que Juancito Trucupey, tras jornadas en las que le tuercen la manigueta, se va a las playas o a las montañas, durante un fin de semana, “para botar el golpe”.

Ahora bien, mi querido viejo, no conocía eso de “botar el golpe” antes de que el golpe fuera propinado. Pero cada día que pasa, viejo culebrón, uno aprende algo nuevo. Al presidente Leonel Fernández le espera una semana que puede ser durita de verdad. La inicia hoy cuando se dirija al país para referirse a la llamada “rectificación fiscal”. La mayoría de los dominicanos ha sido convencida de que esa “rectificación” consiste en la imposición de nuevas cargas tributarias con miras a obtener recursos. Inclusive se indica que se ampliará la base tributaria del ITEBIS, se hable del subsidio al gas propano y a la energía eléctrica. Pero lo cierto es que el gobierno no ha dicho en qué consistirá la “rectificación” y se espera que Leonel ofrezca todos los detalles. De todos modos, tendrá que pellizcar a muchísima gente. Puede usted asegurar que habrá más disgusto que satisfacción por el discurso. Sindicatos han organizado lo que llaman “huelga general” para el 16 y el 17 venideros y digan lo que digan, eso tiene que preocupar a cualquier mandatario, por menos fuerza que puedan tener los convocantes, pues sabido es que los partidos de oposición no desperdician oportunidad de tirar la piedra y esconder las manitas, por más sucias que éstas se encuentren. Es decir, viejo verde, después que concluya esta semana, los augurios serían de que el presidente Fernández tendría que “botar el golpe”. Pero se da el caso, mi amigo querido, que el jefe del Estado dominicano se ha encargado de “botar el golpe” sin haberlo recibido. Y lo ha hecho en la forma más deportiva y social posible, todo girando alrededor de un bate y una pelota, aunque sean bate y pelota simbólicos. Nuestro mandatario asistió a la clausura de una muestra de cine que presentó la cinta “La República de Béisbol”, una producción de un hijo de Charles Mannat, aquel embajador estadounidense que cobró gratísimo cariño a este país, especialmente en materia de negocios. Junto a Leonel aparecieron astros dominicanos del pasado, con el primer dominicano en llegar a las Mayores, el montecristeño Osvaldo Virgil. Ojalá esa cinta se difunda a todo dar en los Estados Unidos, sobre todo en estos días, cuando cuatro árbitros norteamericanos, puede que más pendejos de la cuenta pero con sus razones, se retiran del país después que uno de ellos es amenazado con un arma de fuego. Eso daña la imagen pública, sobre todo porque es aprovechado ese caso por los adversarios criollitos. Y más daño haría todo eso, si ahora quieren jugar con la repartición personal de los árbitros. Deploro haberme enterado de los detalles del caso por la competencia pues mi gente se durmió o creyó que la basura cuando se esconde deja de ser basura. Pero volvamos al caso de Leonel. Después de la cinta deportiva, ni modo, el mandatario asistió al fiestón que dio Samuel Sosa, el antiguo jugador de béisbol dominicano para celebrar su trigésimo octavo cumpleaños. Y allí el Presidente se encargó de colocar sobre el pecho de Sosa una “banda presidencial” que le encargó a Francia el año pasado. Leonel, con el gran sentido del humor que le caracteriza, dijo al imponer la banda a Sosa que le habían dado “un golpe de Estado”. Desde luego, puede seguir durmiendo del lado que lo hace, dado que los golpes de Estado en estas áreas, ya se acabaron con la bendición del hermano imperial, que gusta de otros golpes más efectivos con las mismas caras. Leonel se divirtió de lo lindo con la presencia foránea de Salma Hayek, Sandoval, el Puma, ahora con la cabeza blanquita, y otros astros extranjeros y nacionales invitados por el que fuera extraordinario jonronero de Grandes Ligas. Hoy, Maginito, es el Día D. Pero no importa cuanto pase. Ya Leonel botó el golpe antes de que se lo dieran.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas