El doctor  Eddy Olivares, miembro titular de la Junta Central Electoral (JCE), quiere unas elecciones “transparentes”, como se dice ahora, y por eso favorece la congelación de las nóminas de los Ayuntamientos. Buen paso. Contribuyó a siquitrillar las “nominillas” en departamentos oficiales. Mejor todavía. Pidió al pleno de la JCE un monitoreo de la publicidad a contar de la proclama electoral y quienes hayan usado dineros del Estado para  pagarla, tendrán que retribuir esos recursos al propio Estado.  Punto muy original y correcto….

Pero al doctor Olivares  se  le van las manos cuando anuncia que pedirá a la JCE la paralización de todos los planes sociales que desarrolla el gobierno y el envío del nombre de los beneficiarios de esos planes a la corte electoral. Mire, don Magino, esos programas de asistencia social vienen de lejitos y bien sea por la tarjeta llamada “Solidaridad” o cualquier otra vía, quienes se benefician de los citados planes incluyen los mismos en su “cuadre” mensual. ¿No sería injusto y hasta abusivo, quitarle esa ayuda a gente pobre que mucho la necesita? Olivares quiere la paralización de esos programas sociales para evitar que los mismos se utilicen en medio de la campaña electoral para captar votos. ¿No habrá calculado el doctor Olivares que la paralización propuesta crearía problemas al gobierno? La suerte del doctor Olivares es que no pensará que ese es el fin que se persigue, pues sus ejecutorias han sido muy claras….

El presidente  del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) afirmó que la cumbre propuesta por su agrupación persigue llevar el gobierno del doctor Leonel Fernández a la legalidad. Eso me recordó que una vez pregunté al doctor Balaguer cuál había sido su momento más difícil en el período de los doce años. No vaciló para responder que el complot dirigido por el general Elías Wessin y el movimiento dirigido por Juan Bosch, de llevar el gobierno a su propia legalidad. Del complot me dijo que, a ciencia cierta, no sabía quiénes estaban complicados y que detuvo la investigación porque cada día le llevaban nombres de oficiales y que parecía que todo el Ejército era culpable. En cuanto al movimiento dirigido por Bosch, Balaguer se mostró preocupado por el flujo de masas que se creaba pero ocurrió el desembarco guerrillero de Playa Caracoles y al Bosch esconderse, creó el reflujo que permitió al gobierno recuperarse e imponerse en un nuevo período de mando.