Coctelera

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Buen día, Magino. ¡Lástima que nuestros legisladores tengan tanto trabajo por delante, que no pudieran darse cuenta de la necesidad de consagrar el 14 de febrero como no laborable, desde luego, corriéndolo cuando fuere necesario. De esa manera, viejito romántico, se le daría más ocasión de estar juntos a los enamorados en su día y de asistir a los oficios religiosos como homenaje a San Valentín y algunas cositas más.

Y una pregunta tonta, ¿por qué será que durante el día de los enamorados es más intenso el tráfico a través de los puentes que comunican el este y el oeste de Santo Domingo?…

Nuestro agresivo secretario de Turismo, Felucho Jiménez, como el «mosiú» de Bobby Capó, se puso bravo cuando se enteró de que al grupo Aventura lo suspendieron por un añito en el país. Y con elegancia le entró a dos manos al fallo de la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, que tildó de «isleño». ¡Mamacita! Felucho gusta de la farándula y del arte popular. En su primera gestión al frente de turismo auspició la edición de una colección de diez «cidis» intitulada «Un Siglo de Música Dominicana», un verdadero palo en todos los órdenes…

El presidente comunista de Cuba, doctor Fidel Castro Ruz, comunicó a su enllave venezolano Hugo Chávez Frías que Estados Unidos, bajo la dirección de George Bush Jr. tiene un plan para romperle la siquitralla. Chávez agradeció el gesto y le dijo a Fidel que eso no prosperará, que vivirá mucho años y que llegará a ser tan viejo como el político antillano que tiene 46 años con el tolete en las manos. Desde luego, no se le pedirán pruebas a don Fidel para avalar su denuncia, como no se le han pedido en los cuchumil complots para romperle el silibín a él mismo. De esas cosas no se dejan huellas, pero si el pelotero no hace caso a lo que se le dice, ni modo, lo firman los Carmelitas…

¿Que el presidente Leonel Fernández dijo en Samaná que deseaba convertir ese punto turístico en el Mónaco del Caribe? ¿Y qué? Bien hizo en decir eso. Ojalá pueda conseguirlo con el esfuerzo unido del sector público y del privado, pues Samaná cuenta con bellezas naturales que cualquiera diría que la naturaleza se pasó allí. ¿Por qué Mónaco? Sencillamente porque se imita lo bueno. Eso sí, dejen a Estefanía en el Mónaco de verdad…

Maginito, fueron muchas las cosas que expresó el mandatario en su viaje por Samaná y otros puntos turísticos. Por ejemplo, y aunque le duela a muchos, es rigurosamente cierto que el turismo, para su desarrollo, necesita el concurso del Estado, que el Estado se faje con obras de infraestructura que no puede emprender el sector privado por sus altos costos. El Estado, además, lo que hace es una inversión que recupera con el desarrollo turístico, con la generación de empleos, con la compra a sectores productores para satisfacer sus necesidades…

Pero el presidente Fernández, con seguridad, emitió otros juicios que no deben ser del agrado de algunos grupos envueltos en los negocios del turismo. Leonel no se anduvo con muchos rodeos para defender la revaluación del pobre e infeliz peso dominicano. Resaltó que la recuperación de ese peso es una meta de su gobierno y que esa recuperación es una garantía contra la inflación y asegura la paz social y política. Tiene toda la razón el mandatario. Usted sabe, viejo sinvergüenzón y aprovechador, que hay grupos que desean poner por el suelo al pobre pesito, dizque para favorecer el poder adquisitivo de los turistas que nos visitan, para hacernos «competitivos». Poco o nada les importa que la inmensa mayoría de los dominicanos, con inflación creciente y peso devaluado por completo se requetejodan de verdad…

¿Interesará, en verdad, a más gente de poder que el carajo, que entre en operación el denominado seguro familiar? Cualquiera lo duda. De todos modos, desde un principio, se habló de que el interés básico residía en la cuestión del fondito de pensiones, fondito que no es internacional todavía pero sí monetario hasta la tambora. A acumular dinerito, a ganar con chelitos ajenos y que quienes se enferman que se fuñan al cubo pues tampoco el llamado IDSS cubre su cometido, pero sí quiere llenar sus arcas para pagar empleados de todas clases. Queda por aclarar, también, cuanto aportará el Estado para el seguro de los que carecen de empleos por un lado y de los vagos profesionales por el otro, pues el seguro universal incluye hasta los rateros…

Faltan muchas cosas por oir en cuanto a la vainita esa de las áreas protegidas. Aquí no se protege nada, ni la reputación. Areas las hay que constituyen filetes para los grandes intereses, aunque el país se fastidie por los cuatro costados. Apoyamos, Maginito, a Max Puig en sus esfuerzos por revisar la ley, aunque sabemos que los intereses tradicionales que sacaron esa ley del Congreso, «consensuada», estarán de pies para defender lo que a lo mejor no es la causa de la nación.

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