Coctelera

Coctelera

¿Cómo es la vaina, Maginito? ¿Todo ese programa para frenar la violencia que anunció el 27 el presidente Leonel Fernández se llevará a cabo con la mitad del número de agentes policiales que laboran hoy? Al menos, viejito charlatán, el secretario de Interior y Policía se le atribuyó haber dicho ayer, a través de la televisión, que estudia un plan para reducir a la mitad el número actual de efectivos policiales. Es más, el doctor Franklin Almeyda Rancier habló, se dijo, de ´dificultades´que confronta con jerarcas policiales que se oponen a sus concepciones. ¿Qué pasó ahí?…

Suponemos que después del discurso del pasado Día de la Independencia ya no cogerán piedras para los más chiquitos y no le atribuirán a Diandino Peña todo lo relacionado con el proyectado Metro. Ese Metro —que parece que va— es el sueño del presidente Fernández y eso lo saben bien quienes atacan y defienden la obra. Lo que pasa es que esa gente cree que Diandino es más vulnerable y por tanto, más fácil de atacar…

Por cierto, viejito vagabundón, ¡qué bien se veía ayer por la televisión el empresario-sindicalista Ramón Pérez Figuereo al lado del presidente del PRD, licenciado Vicente Sánchez Baret. Pérez Figuereo fustigó a Diandino por haber éste dicho que el pasaje en el Metro constaría cinco pesos. Sin dudas que esa fue una metidita de pata del secretario Peña Criquet, pues en ningún Metro del mundo el pasaje puede ser tan barato. Pero qué atractivo era el espectáculo de Pérez Figuereo en una reunión perredeísta de alto nivel, cuando ha sido él, —Pérez Figuereo— uno de los más fuertes críticos del Plan Renove del perredeísmo…

Por cierto, viejito verde, si el Metro resolviera el problemas del tránsito, ojalá vinieran Metros por todas partes. Pero lo que es sencillamente inaguantable es el triste espectáculo que se ofreció ayer en la autopista Duarte. Choferes pertenecientes a una de las organizaciones empresariales disfrazada de sindicato, se consideran dueños de carreteras, calles y caminos y, con más razón, propietarios de las rutas. Esos choferes protagonizaron un escándalo que debe causar vergüenza e irritación. En señal de protesta porque a una empresa rival se concedió una ruta, los choferes ´afectados´ apeaban a todo el que venía en guaguas desde el Cibao o transitaba por la autopista. Las resoluciones y decisiones de los organismos gubernamentales, para esa gente, constituyen auténticas plastas, que no hay que cumplir. Y, al parecer, no hay autoridad alguna que se atreva a dar el frente a tantos carajetes ensoberbecidos. Lo triste del caso es que esas empresas-sindicatos operan con vehículos valorados en miles de millones de pesos, pagado por los pendejos contribuyentes, vehículos que fueron a parar a esas manos poco santas debido a la demagogia e irresponsabilidad de los gobiernos que ha sufrido este pobre país en distintas épocas…

Tengo entendido, Maginito, que el próximo 8 de marzo, entre las damas que serán condecoradas con la Medalla al Mérito de la Mujer se encuentra nuestra dilecta amiga doctora María Elena Muñoz. ¡Un merecido honor! La doctora Muñoz es una mujer bien preparada y que muy bien podría ser utilizada por la Cancillería, pues dudo que exista en el país quien conozca mejor la historia de las relaciones domínico-haitianas. ¡A esperar!…

Por aquí se esperaba, de un momento a otro, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguiendo con su política de ´socorrer´ a los países en problemas, interviniera, de hecho, a los Estados Unidos de América. Sucede, viejito charlatán, que el déficit presupuestario norteamericano fue de 412,000 millones de dólares y eso provocó que el hombre-fuerte del FMI, Rodrigo Rato, de España, dijera que los norteamericanos necesitaban imponer un control real sobre sus cuestiones fiscales, a menos que desearan presionar los tipos de intereses para influir en una futura crisis mundial. Desde luego, hace rato que Rato recomendó al Congreso aprobar el proyecto de presupuesto preparado por los cowboys del presidente Bush, tal y como pasó por la Casa Blanca. Fíjese una cosa, Maginito, el gobierno de Bush, para ´equilibrar´ la situación deficitaria, acorta los gastos en educación, viviendas, alimentos y transporte público, todos programas destinados a los pobres. Pero no suelta un chin a un presupuesto militar que contempla ´invertir´ 81,000 millones de dólares para las guerras de Irak y Afganistán. Si usted, Maginito, sueña con ajustes hechos por el FMI en Estados Unidos, no hay duda alguna de que el ajuste que le hicieron a usted fue bastante rústico.

Publicaciones Relacionadas