Coctelera

Coctelera

¡Hola, viejo verde! ¿Todo bien? Engañe a la gente, diga que sí. Eso no es nada. Y será, a fin de cuentas, una mentira chiquitita al lado de los cuentazos que hacen los políticos. Por cierto, don Magino, ya que hablamos de políticos, ¿se ha fijado usted en que la mayor dificultad que confrontan los «tres grandes» partidos ‘del sistema’, para la celebración de sus convenciones, radica en los padrones? Eso prueba, querido viejo, que los ‘tres grandes’ están afectados por las sombras del ‘fraude colosal’, que cada uno ha denunciado cuando menos en una ocasión. Quien debe estar más contento que el carajo con eso es el amo del sistema, al ver que sus tres muchachos van por el sendero del bien…

Como si este país no tuviera ya suficientes problemas, vuelven a fuñir la pista con la vaina esa de que si los restos del Descubridor de América reposan en Sevilla o en Santo Domingo. Ahora, desde Granada, aparece un camaján que dice que ganan terreno los juicios emitidos por científicos, de que los restos que reposan en Sevilla son los del navegante genovés (?). Y se afirma, tras una prueba del ADN mito-condrial —los de la mamᗠde su hermano Diego, que están en Sevilla, que aumentan las razones a favor de la ciudad ibera…

Mire, Maginito, ¿cuándo acabarán las autoridades dominicanas de dar cuenta al mundo de que los españoles tienen razón, que los restos auténticos están en Sevilla? Junto a ese reconocimiento, se le manda la urna bien cerradita de los restos que están depositados en el Faro que hizo el Doctor Balaguer —nunca lo vio y ojos que no ven corazón que no siente—. Se podría usar el monumental Faro, entonces, para consagrarlo a Carlos Gardel, instalando allí un museo gardeliano con la participación del continente, especialmente de los argentinos —con excepción de los palma— y de los chilenos, quienes se diputan la nacionalidad del cantor, que era francés para más señas. Y a mi querida Yolandita, que deje de estar fuñendo el parto con menciones del nombre y apellido del Descubridor. Si no cree en ese fucú, que le pregunte a su padre Felipe y a su tío Bebé por qué jamás quisieron meterse en la vaina del Faro cuando el Doctor llamó a Teofilito Carbonel y por qué Bebé se negó a recibir los planos en su oficina del palacio…

Está muy bueno eso de que representantes de una comisión oficial y del gremio médico se reunirán el viernes, en Santiago, para buscar una solución a los problemitas confrontados. El mediador será monseñor Agripino Núñez Collado y éste será home-club en el Santiago de sus amores. Ojalá este diálogo culmine con algo positivo y las partes dejen los radicalismos que a nada conducen. Por cierto, Maginito, el presidente del gremio médico dijo que ante la reunión del viernes, harán «un paréntesis» en la cadena de huelgas con las cuales maltratan a los pobres que necesitan atenciones profesionales porque no pueden pagarlas…

Si un gran disparate es estar hablando pendejadas de que se importarían médicos en casos de una huelga indefinida o que se llamaría a los médicos militares, otro disparatote es el estar señalando que todos los médicos están obligados a tener militancia «activa» en el denominado colegio Médico Dominicano y que la colegiación allí es obligatoria. Por eso fue que siempre hablamos de que una cosa era una Asociación —un gremio— y otra un Colegio. El gobierno de Hipólito Mejía quiso usar la demagogia para ganarse a los médicos huelguistas y permitió que la Asociación se convirtiera en Colegio y esa ley, aparentemente, es sujeta de que se invoca su inconstitucionalidad o que cualquier afectado reclame un recurso de amparo. Precedentes y jurisprudencia existen en materia de colegios. Usted, Maginito, se recibe de médico en una universidad autorizada, hace su pasantía y está capacitado para ejercer. Al menos eso indica la lógica. ¿Cómo carajo tienen que reclamarle que para usted ejercer su profesión tiene que ser gremialista, participar en protestas, en huelgas y otras pendejadas?…

Dice Angel Lockward que el padrón del partido Reformista Social Cristiano (PRSC), para la convención, está inflado en 10,000 subdirectorios. ¡Mamacita! ¿Y quienes inflaron ese padrón no podrían dedicarse a inflar vejigas para cumpleaños? Esa sería una buena forma de ganarse la vida y no estar de vagos, pendejeando todo el tiempo. Y al hablar de vagos, el hombre se levanta, al rayar el día, y sumamente preocupado le dice a su compañero de habitación: —Hoy he amanecido con unos deseos enormes de trabajar. El compañero lo mira, incrédulo, y le riposta: «Bueno, si es así, acuéstate a ver si se te pasan esas ganas».

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