Coctelera

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Mi queridísimo Magino,  leo, no sin cierto rubor, que el Congreso evalúa una propuesta formulada por un “asesor” para asuntos urbanos del Poder Ejecutivo, reclamando que se declare al presidente Leonel Fernández como propulsor de la paz y la integración latinoamericana. El proponente quiere que así se reconozca la forma en que el presidente Fernández contribuyó a que el Grupo de Río resolviera las diferencias que provocaron una gran crisis entre Colombia, Ecuador y Venezuela. Mire, Maginito, lo mejor que haría el Congreso es olvidarse de esa pendejada.

El presidente Fernández hizo un brillante trabajo y así se le reconoció dentro y fuera del país. Aunque creo que ese no es el caso del presidente Fernández, no hay duda alguna de que somos unos verdaderos hacedores de monstruos…

Hace unos días,  mi caro amigo, se desplomó un balcón de una escuela en Puerto Plata, con un saldo de maestros y estudiantes heridos. El balcón no pudo soportar la sobre carga y los brincos de los estudiantes. Ese hecho, amigo Magino, me recuerda una tragedia ocurrida en 1958, en una edificación situada en la Avenida Mella. En la segunda planta tenía lugar el velatorio de Brajim Selman, más conocido como Bartolo I, dedicado al negocio de la venta de discos. Era el esposo de Muñeca Hasbún de Selman y padre de Eduardo, Chichí y Tirso Selman. Cuando el cortejo se preparaba para bajar, de manera imprudente se sobrecargó el balcón del tercer piso, con unas treinta personas, y el desplome del mismo provocó una muerte y numerosos heridos.

Una señora,  madre o madrastra de los hermanos Andrés y Juan Dauhajre, cayó sobre el pavimento y fue llevada a la Clínica Záiter, ubicada en la misma avenida. Como aparentemente no presentaba heridas o golpes de importancia, se comentó en la época que se dio preferencia en atender a otras personas llevadas al centro médico con lesiones visibles. La señora murió poco después, pues había sufrido hemorragia interna…

La señora Rosa   Acta de Kasse cayó sobre el carro fúnebre y pudo bajar a la calle. Sufrió la fractura de varias costillas y un golpe en la cabeza. La señora Acta de Kasse era la esposa de don Abraham Kasse y madre de los hermanos Emil, Rafael, Wilfredo y Clara Kasse Acta. La mayoría de los heridos fueron llevados a la clínica Záiter. La conmoción que produjo ese hecho fue de tal magnitud en la entonces pequeña capital, que pocos minutos después de ocurrir la tragedia, se le informó del caso al dictador Rafael L. Trujillo. Éste envió al edificio de la Mella a uno de sus secretarios de Estado, Virgilio Alvarez Pina, para que investigara en detalles lo ocurrido y ofreciera, a nombre del gobierno, cubrir todos los gastos de hospital en que incurrieran los heridos…

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