Coctelera

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¡Saludos para usted,  excelso Magino! y prepare el cachimbo, pues tendrá que fumarse una picadura de muy mala calidad….

Debo enterarle  que ganamos tremendo premio en Ginebra, Suiza, otorgado por el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas: los dominicanos tenemos que tomar las medidas necesarias para asegurar el derecho de todos los no ciudadanos, en particular a los inmigrantes haitianos, a un adecuado standard de vida, especialmente su acceso a los servicios de salud, de salubridad, agua potable y educación….

Hay otra cosita:  nuestras autoridades deben ofrecer documentación válida a todos los habitantes del país, incluidos los inmigrantes o refugiados haitianos. Aquí, Maginito, se ofrece esa documentación válida a los inmigrantes, haitianos o no, que sean residentes o estén legalmente en territorio dominicano. Pero estos cachazudos de la ONU aspiran que demos una documentación válida a todos los indocumentados haitianos. El colmo de estos señores es que nos piden eliminar el discrimen contra los dominicanos de piel oscura en sus relaciones de trabajo. ¿Sabe usted lo que es eso, hacer esa petición en un país de negros y mulatos?….

La ONU,  viejo Magino, nos reclama hacer un esfuerzo por “integrar” a los ciudadanos haitianos. ¿Qué tratan de señalar? A lo mejor eso puede explicarlo el embajador dominicano en Puerto Príncipe. La ONU, sin embargo, es generosa cuando admite que “la crisis humanitaria de Haití” crea un serio impacto sobre el país. Ahí mismo, no obstante, nos dan otro picotazo, cuando nos recrimina por no velar por los intereses de los ciudadanos haitianos. ¿Cuáles serán esos intereses?….

Las conclusiones  de la ONU están basadas, en muy gran medida, en un informe de sus “relatores” Doudou Diene, africano, y Gail McDougal, norteamericana, ambos negros, y quienes fueron muy bien “alimentados” por organizaciones pro-haitianas y por algunas de las llamadas ONG, de esas que sostiene el imperio, el mismo imperio que dice ayudar a Haití, pero que no quiere haitianos por sus alrededores. Esa tiene que ser una tarea para los dominicanos, aunque nos jodamos todos. Doudou y McGail fueron tan habladores que llegaron al extremo de acusar de racista a la Iglesia Católica del país, lo que provocó una reacción del arzobispo de Santiago, monseñor Ramón de la Rosa y Carpio, quien dijo que en templos de su jurisdicción se ofician misas en creole. Y que no hay una iglesia en el país donde los coros musicales dejen de utilizar la tambora como uno de sus instrumentos principales. ¿Cuál será, Magino, el próximo capítulo de esta serie?

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