Coctelera

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Maginito querido, usted verá como son ciertas cosuanitas en los Estados Unidos. El equipo de béisbol Angelinos dio un bono por tres millones de dólares a un desertor cubano, Kendry Morales, que se encuentra en la República Dominicana. ¡Sabe Dios cómo llegó aquí, pero eso no importa! Según una nota de Los Angeles Times, Kendry Morales necesita un pasaporte dominicano para viajar a los Estados Unidos.

El periódico afirma que para eso es necesario lograr la ciudadanía dominicana y que eso podría dilatar de dos a tres años. Se añade que los argelinos, la «Major League Baseball» y el propio jugador, han apelado al presidente Leonel Fernández, pidiéndole que dicte un decreto que conceda la inmediata nacionalidad al pelotero. ¿Facilito, verdad? Pero eso no es nada, el diario citado, cuyas opiniones respetamos y siempre respetaremos, tiene la mala leche de señalar lo siguiente: «Pero Fernández, se dice, es cercano al presidente Fidel Castro y podría no estar inclinado en hacer nada para antagonizar con su colega o motivar a más cubanos para que deserten».

Cualquiera se pregunta cual es el interés de involucrar a los dominicanos en esta vaina. ¿No sería más fácil, más sencillo y hasta más conveniente, que la Major League, los argelinos y el propio Morales se dirigieran al presidente George Bush, más fanático del béisbol que Leonel, y le pidieran que autorizara la inmediata entrada del atleta a territorio norteamericano? Y no me diga Maginito, que eso no se puede, que Bush no podría tocar una disposición que compete a Migración. ¿Está tan limitado el poder interno de un mandatario que ordenó atacar Afganistán y después invadir Irak? Además, Maginito, por pura coincidencia, Leonel está tan cerca de Fidel, que ayer nuestro país se abstuvo de votar en Ginebra, cuando los norteamericanos consiguieron una nueva condena a Cuba por violación a los derechos humanos. Si fueran tan buenos vecinos como para joder señala Los Angeles Times, el voto hubiera sido en contra de la condena. Y se acabó…

Maginito, se olvidó usted, acaso, de que en los primeros días, las primeras semanas, los primeros meses de la administración de Hipólito Mejía, el entonces flamante presidente dijo una y otra vez: «No me toquen a Leonel, no se metan con Leonel». No, por nada…

De Hipólito se hablará por muchos días y funcionarios del gobiernos se encargarán de eso, unas veces en forma directa, otras provocando reacciones del discutido y agresivo ex mandatario. Por ejemplo, hace algunos días se atribuyó a Hipólito haber dicho que en el país había una crisis bancaria, cosa que no es cierta al parecer, y que provocó reacciones de la asociación de bancos comerciales y de jerarcas del Estado. Esos pronunciamientos atribuídos a Hipólito contrastaban con los que hacía, frecuentemente cuando era jefe del estado y consideraba muy delicado hablar de asuntos bancarios. No se puede negar que el Ejecutivo «protegió» a la banca comercial durante la mayor parte del gobierno de Hipólito. Cuando estalló la crisis de Baninter, ¿no trató el presidente Mejía, personalmente, de evitar una debacle mayor, cuando intervino para que el Banco del Progreso del Progreso se hiciera cargo del Intercontinental? Otras cosas evitaron ese negocio cuando ya se había anunciado públicamente….. ¿Que Banco Central se hubiera atrevido a entregar descuentos y redescuentos, por miles y miles de millones de pesos, para auxiliar bancos en problemas, si no hubiera sido con la autorización del mandatario? ¿Y qué Superintendencia de Bancos se hubiera hecho de la vista gorda con las vainas que se mostraban? Eso no quiere decir que las medidas dispuestas por Mejía fueran las más sanas, las más acertadas, pero de que trataba de ´proteger´ la banca, ni modo…

Desde luego, cuando Hipólito dice que Leonel denunció, en una ocasión, que el endeudamiento con la banca comercial quebraría ésta y que pocos días después vino el desastre de Baninter, el ex mandatario habla por hablar, para no perder la costumbre, pues ¿qué carajo tiene que ver la declaración del entonces opositor Leonel Fernández con la situación interna imperante en Baninter?…

«Hoy por ti, mañana por mí». Farmacia Mella.

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