Coctelera

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Desde hace unos días, mi viejo Magino, estaba por comentar con usted la vainita esa del robo de los postes de aluminio del tendido eléctrico. Eso sí que está bueno de verdad y la mamacita de quien me diga que el “hombre invisible” no existe. Si se roban los postes de vías en construcción, apueste usted peso a cabo de túbano, del hediondo de verdad, a que los serenos observan la operación, pero como poco pendejos al fin, no se meten en esa vaina. Ellos dirán, con razón, que si la Policía no se mete, ¿por qué tienen que hacerlo ellos? Se supone, viejo Magino, que un poste de aluminio no se desmonta tan fácilmente como usted se imagina. Eso necesita buenos equipos, habilidad, patanas o camiones de los grandotes para el transporte y sobre todo, muy buena protección para perpetrar el robo. Después, Maginito, viene la pregunta obligada: ¿quién o quiénes compran esos postes? ¿Se instalarán en vías en construcción? Si es así, viejo sinvergüenza, entonces tenemos que el Estado los paga más de una vez. Negocio redondo ante autoridad más irresponsable que el carajo…

“Si roban yipetas, ¿por qué no robarse unos exámenes?” Farmacia Mella… Dígame una cosa, viejo Magino, ¿qué de malo tendría que Obras Públicas ordenara la publicación del contrato suscrito entre el gobierno y la compañía Dekolor, por virtud del cual se confeccionarían las nuevas licencias para conducir vehículos de motor? Si ese contrato es tan bueno, si el gobierno no tiene que soltar un solo chele para su ejecución, ¿por qué carajo, entonces, tanto misterio? ¿Por qué no se da a la luz pública?…

Tenemos entendido que mientras más se alborote la gente contra el gobierno de Haití, dentro de Haití claro está, mayor deberá ser la preocupación del Tío Sam. Los queridos gringuitos tienen una muy grande cuota de responsabilidad con cuanto pasa en la vecina República, y no solo por las invasiones de tropas que dispusieron un par de veces en el sigo pasado. Jugaron al topao cuando el oscurantismo derrocó al controversial y venático Jean Bertrand Aristide. Después, cuando la madeja se enredó de verdad y no se le quiso hacer caso al doctor Balaguer, llevaron en armas, de regreso, al señor Aristide y eso terminó por armar el lío mayúsculo. Hoy, con tropas de la ONU, el imperio no sabe cómo sacar las manos de Haití. Las fuerzas pro y contra Aristide se involucran en una pugna del carajo y nadie sabe como terminará esa pendejada. Lo triste del caso es que todo cuanto pase en Haití repercutirá en la República Dominicana y no son dos ni tres los haitianófilos que reclaman que el país resuelva los males de los vecinos, mientras que los anti-haitianos desean hasta el exterminio total de los que están aquí…

Magino, comience a anotar: vimos ya tres fotos del embajador dominicano en Chile, el licenciado Miguel Angel Velázquez Mainardi. Y eso que aún no ha presentado sus cartas credenciales al presidente Lagos. Usted puede estar seguro, Maginazo, que Velazquito se retratará por pipá, pero aún así jamás romperá el récord de gráficas tomadas a Jorge Yeara Nasser, el flamante embajador designado en El Cairo…

Sorprendió el anuncio de que las Fuerzas Armadas entregarán hoy más de veinte millones de pesos a los soldados dominicanos que estuvieron en Irak. Esa suma corresponde a “viáticos”. Esos soldados fueron enviados y retirados por la administración Mejía, pero se ignoraba que se les debiera tanto dinero por concepto de “viático”. ¡Qué buena paga es esta gente!…

Congratulaciones para los componentes del club libanés, sirio y palestino, que fue inaugurado el pasado domingo en la autopista 30 de mayo. La comunidad que forman hombres y mujeres de las nacionalidades citadas gozan de estima en la sociedad dominicana, a la cual le han servido en distintos campos, siempre con dedicación, con amor y con honradez. Bien, Magino, no se moje con estas lloviznas y aguaceros. Cúbrase bien y no fuña mucho.

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