Coctelera

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Muy buenas, don Magino. Tengo para decirle que no hay otro tema, para comenzar nuestro dialoguito de hoy, que no sea el relacionado con los incidentes ocurridos alrededor de la visita de nuestro presidente Leonel Fernández a Puerto Príncipe. No hay duda alguna de que las protestas y ataques desarrollados por grupos haitianos pudieron crear un problema de grandes proporciones. Afortunadamente, eso no ocurrió. No creo, viejito charlatán, que los ataques de que fue víctima nuestro mandatario deben provocar manifestaciones de histeria. Pero tampoco pueden ser tratados con la vaselina que quieren aplicarle desde el gobierno… Por ejemplo, don Magino, el recuento que hizo la televisora oficial el pasado lunes en la noche, dando cuenta de la visita del presidente Fernández a Puerto Príncipe, en momento alguno se refirió a los incidentes ocurridos. Para esa gente, al parecer, todo fue normal. Y eso no es bueno, pues no denota prudencia sino más bien temor…q Tenemos, por otra parte, que el golpista ex jefe de Policía haitiano Guy Phillippe se «responsabilizó» por los odiosos hechos y alega que aquí no se le quiere levantar el impedimento de entrada que pesa sobre él desde hace algún tiempo. Lo ideal sería que ese impedimento se mantuviera por los siglos de los siglos y amén. Phillippe no es digno de venir aquí, ni siquiera si los haitianos, en un momento de debilidad inimaginable, algún día le conceden la presidencia. Y si entra en forma ilegal a territorio dominicano, a patadas limpias debe ser sacado… Maginito, son muchas la vueltas que se le pueden dar a los incidentes ocurridos. Dígame una cosa, viejo verde y conservador, ¿Qué hubiera ocurrido si el presidente Fernández hubiera sido alcanzado por una piedra o una bala de las disparadas por los revoltosos haitianos que se manifestaban a las puertas del mismo Palacio? ¿Cuál cree usted que hubiera sido la conducta, en ese caso, de los militares dominicanos? Y dígame usted, viejo charlatán, en caso de una conflagración entre las dos naciones, ¿Qué hubieran hecho, no las tropas de las Naciones Unidas, sino el gobierno de los Estados Unidos, que tiene en sus miras a estos dos pueblos que ocupan la misma isla? Usted puede estar seguro que los gringuitos queridos se hubieran metido hasta la tambora para «restaurar la paz» sin importar el precio que hubiera que pagar para conseguirla. ¿No cree usted que eso es lo que les gustaría hacer, con el respaldo de las adoradas metrópolis canadiense y francesa?… Leonel Fernández, como presidente dominicano, como simple ciudadano, no merecía ese trato. Hay que reconocer que el madantario dominicano es un hombre que ha mostrado preocupación por la situación haitiana, que ha reclamado el concurso internacional a favor del empobrecido país y que desde la tribuna de las Naciones Unidas —como hizo su sucesor y predecesor Hipólito Mejía— reclamó a la comunidad internacional acudir en auxilio de Haití pues esa tarea no puede dejarse exclusivamente a los dominicanos. Creo, Maginito, que no hay un solo latinoamericano que haya pedido, la ayuda internacional para Haití con más sinceridad que el presidente Fernández..Ignoro si los aparatos de seguridad dominicanos detectaron las posibilidades de desórdenes y lo comunicaron al presidente Fernández. Ignoro, por tanto, si el mandatario estaba consciente de los peligros a que se exponía. Ahora bien, después de los hechos presentados, lo que sí es evidente es que este gobierno no puede andarse por las ramas, y tiene que enfrentar las dificultades con Haití de una manera enérgica, con la ley en las manos, sin muchos rodeos. El gobierno, bajo circunstancia alguna, puede mostrar miedo, temor. Si lo hace así, ni modo, nos jodimos por todas partes. Este gobierno tiene que mostrarse firme, defendiendo la soberanía territorial del país a cualquier precio. Si Estados Unidos, Francia y Canadá entienden que la migración haitiana continuará, pues que la reciban ellos en sus ricos territorios no en uno pobre que ya ni siquiera produce para los suyos. Y por una simple coincidencia de la vida, Maginito, todo esto pasa cuando es el propio gobierno dominicano el que presenta un fuñido reglamento para la ley de Migración, que le pone los pelos de punta a cualquiera. ¿O es qué usted ignora que cuando se le conceda la residencia a un indocumentado que dizque tenga diez años aquí, de acuerdo con el artículo 84 de la Constitución se le da, a ese residente, el derecho a postularse a cargos electivos municipales? Después no joda.

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