Coctelera

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Todo parece  indicar, mi querido Magino, que la vainita esa de la influenza aviar en la República Dominicana, aunque se trata de un virus de baja patogenicidad, el subtipo H5N2, es algo más serio de lo que se ha informado públicamente. El matutino «El Día» soltó ayer tremendo batazo al publicar completo un informe sobre la situación de la influenza aviar en el país.

La lectura de ese informe, preparado por técnicos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), le pone los pelos de punta a cualquier mediano observador de una sociedad en la cual muchos creen que cuando una verdad se oculta, deja de ser verdad…

La FAO usa  un lenguaje técnico-diplomático para advertir de los peligros que la influenza aviar expone no solo al país sino también a otras zonas geográficas. El organismo de las Naciones Unidas dice en su informe que «los procedimientos de control y erradicación actuales son aún insuficientes y no permitirían controlar el virus del país». La FAO señala a seguidas que el riesgo de exposición viral de Haití es muy alto por las características del comercio entre ambos países. El informe indica, asimismo, que «existe un riesgo eventual de diseminación viral a los demás países del Caribe»…

La FAO  recomienda la suspensión de las peleas de gallos por un período de treinta días, prorrogables. El primer aviso público que se hizo de un caso de influenza aviar procedía de Higüey. Haití, caro Magino, prohibió la importación de pollos y huevos procedentes del mercado dominicano y vale expresar, como juicio autocrítico que se trató más bien de una medida puramente proteccionista…

La FAO,  docto Magino, ha  recomendado que se asignen los recursos necesarios para implementar un plan de emergencia en la lucha contra la influenza aviar. Recomienda al Poder Ejecutivo dictar un decreto que permita a la Dirección de Ganadería la ejecución de cuantas medidas se dirijan al control y a la erradicación  de la enfermedad, especialmente al sacrificio y la restricción del movimiento de aves. La FAO también recomienda que se conceda autonomía a la Dirección de Ganadería en la aplicación del programa. Como usted ha podido ver, viejo Magino, con este asunto de la influenza aviar no se puede alarmar, pero tampoco se puede perder tiempo.

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