Coctelera

Coctelera

“Aquí,  cuando no es Juan es Juana. Tremenda escasez de gas propano durante el fin de semana. Que se le deben o debían 6,000 millones de los hediondos por el subsidio a los importadores. Desde el gobierno se grita que todo está bien, que el problema se originó en una vainita de una carta de crédito. Que la situación se arregló. Pero no hay gas suficiente. Lo mismito que con la energía eléctrica. Los apagones se deben a reparaciones que ya concluyen. Nada de apagones financieros. Pero no hay luz”. Farmacia Mella…!

En la Línea Noroeste  se soltó el loco y nos hizo recordar los mejores días de la administración “de los 12 años”! Un gobernador provincial, el de Monte Cristi, ordenó la clausura de un programa de televisión y prohibió al productor de éste, Eduardo Castellanos, utilizar cualquier medio audiovisual para dirigirse al público. El don gobernador dijo que actuó como jefe de la muy desacreditada Comisión de Espectáculos y Radiofonía. Pero se olvidó que   también representa al Presidente…

El gobernador  montecristeño nos hace recordar los días en que se prohibió hablar por los medios electrónicos a los dirigentes perredeístas José Francisco Peña Gómez, Pablo Rafael Casimiro Castro y Rafael Gamundi Cordero. También al productor Bienvenido Hazim Egel. Esas groseras violaciones a la Constitución y a las leyes estaban amparadas en la razón de la fuerza y jamás en la fuerza de la razón. Creíamos que esos tiempos estaban superados. Pero el gobernador  nos dice que no, que queda algo latente del troglodistimo político. Si Castellanos ofendió la majestad oficial,  si difamó o injurió al gobierno al cual muy mal le sirve, el gobernador debió someter a la justicia al supuesto infractor, jamás tomar esa justicia en sus manos con disposiciones administrativas que violan la Carta Magna y las leyes adjetivas. Si Castellanos supuestamente injurió o difamó a terceras personas, son esas terceras personas las que deben invocar la ley si lo tienen a bien. Me da la impresión de que cuando esta Coctelera vea la luz pública ya este asunto se habrá resuelto satisfactoriamente, pues al presidente Fernández le han echado una vainita. Alguien debería decirle al gobernador  que uno de los mayores defensores de la libertad de expresión, hasta en los tribunales, ha sido el presidente Fernández, pero, ni modo, su representante liniero no quiere comprender que las libertades públicas hay que respetarlas, como ha debido respetar la libertad de tránsito de Caribe Tours. Y si esta empresa viola la ley, pues a la justicia con ella, nunca con las sanciones draconianas que solo los chulos aplauden.

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