Coctelera

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 “Burbujas de Aprensión”, mi querido Magino, sería una tremenda canción para Marc Anthony y Jennifer López, a dúo, en el festival Presidente que se inicia hoy en esta ciudad. “Burbujas de Aprensión”, con letra del gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu, podría ser una inédita poesía a la cual un músico gobiernista, Euclides Gutiérrez, podría llevar al pentagrama. Mientras tanto, para celebrar “Burbujas de Aprensión”, el Banco Central sube su tasa de interés anual sobre los certificados, para tratar de evitar que el “nervioso” dólar siga en alza con la consiguiente depreciación del podrido peso dominicano, en algo que pone muy contento a exportadores, zonafranquistas y hoteleros, entre otros, sin contar a quienes lo único que les interesa es joder al gobierno aunque se fastidie todo un pueblo. De todos modos, mi querido Magino, “Burbujas de Aprensión” podría ser un tiro desde los días de las de “Amor” de Juan Luis Guerra…

El presidente Leonel Fernández declara en España que las reuniones anuales de jefes de Estado y de gobierno de Iberoamérica “consolidan” la democracia en el continente. Con todo respeto, Magino, me gustaría conocer la opinión de los haitianos, los ecuatorianos y los bolivianos. Ahora, Maginito, lo que no voy a discutirle es el hecho de que un hombre culto como nuestro presidente, tiene que estar en su agua nada menos que en Salamanca pues allí tiene para tomar y dejar. En cuanto a consolidación democrática se refiera, vale decir que el primer ministro haitiano, Gerard Latortué, se excusó, ya que no podrá asistir a la decimoquinta reunión, en vista de “problemas técnicos” que tiene en su país. “Problemas técnicos”, al parecer, es el nuevo nombre del caos político. Y ya que estamos en Salamanca, viejo ilustre, palmas para el presidente español Rodríguez Zapatero, pues eso de cambiar deuda externa por educación es tremendo palo. Brasil y Lula firmarán un convenio por cien millones de dólares con los españoles. Si nosotros pudiéramos cambiar toda nuestra deuda externa por educación, lo cual es imposible, iríamos en la senda del país más educado del globo, lo que jamás convendría a quienes gobiernan un terruño de cucaramácara…

La noticia viene de Santiago: en el hospital regional de esa ciudad nacen, cada día, ocho niños hijos de haitianas que llevan a parir a ese centro. La cifra representa unos 2,500 nacimientos al año, solamente allí. De acuerdo a la representante local de la OEA, esos niños son dominicanos. Pero nos preguntamos, viejito vagabundón. ¿no pueden nuestras autoridades, tan pronto esas mujeres son dadas de alta, llevarlas en autobús, junto a sus hijos y colocarlas en territorio haitiano? Se cumple con el principio humanitario de darles asistencia médica dadas las precariedades que sufre Haití, pero también se cumple con evitar mayores complicaciones en las precariedades poblacionales que afectan a Dominicana…

Otra cosuanita, mi querido Magino, y siempre de acuerdo con la tesis que sustenta la OEA y que algunos defienden hasta como materia constitucional, ¿qué pasaría aquí con la seguridad social universal si este país se ve obligado a dar la nacionalidad dominicana, de manera oficial, digamos a unos 400,000 haitianos? Esos haitianos, trabajen o no, tendrán que ser asistidos por el régimen familiar y también deberán ser atendidos en el asuntito ese de las pensiones. ¿Han pensado las autoridades cuanto les costaría esa vainita cada año? El seguro familiar de hecho no ha comenzado y nadie sabe de donde sacará el Estado el dinero para cubrir las cotizaciones de quienes no pueden cotizar ni siquiera con sus estómagos por falta de trabajo? Respóndame, Maginito. A lo mejor los agitadores tienen una respuesta para este delicado asunto. No estamos en los Estados Unidos, país de inagotables recursos, donde la migración, por “desorganizada” que aparente en algunos sitios, está bajo el control del gobierno federal para éste jugar su pelotita caliente cuando así lo desee…

Enrique Iglesias, antiguo mandamás del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y quién se estrena en Salamanca como el flamante secretario general Iberoamericano, ha dicho una gran verdad: las Cumbres de jefes de Estado y de gobiernos deben dejar de lado la retórica y buscar “hechos concretos”. Fíjese bien, hechos concretos, no de concreto. 

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