Coctelera

Coctelera

¡Se oye  cada cosa, mi querido Magino! El candidato presidencial de la «Cuarta Vía», ingeniero Eduardo Estrella, manifestó en San Francisco de Macorís que el aspirante presidencial perredeísta, ingeniero Miguel Vargas Maldonado, estaría sopesando renunciar su nominación para respaldar la suya.

Un chusco me dijo anoche que jamás había conocido un candidato presidencial más bromista que el recto ingeniero Estrella…

¿Qué pasa  con la vaina esa de la caída de dos ascensores en el hotel Hilton mientras en el centro se encontraba el presidente Leonel Fernández? La pregunta se la hace cualquiera al enterarse de que el secretario de Interior, el polémico doctor Franklin Almeyda Rancier, ha pedido al jefe de la Policía y al secretario de Obras Públicas que realicen una investigación para establecer las causas de la caída de los elevadores. Trece agentes policiales resultaron heridos, incluyendo miembros de la escolta del presidente Fernández, quien se encontraba reunido con representantes del llamado Consejo Presidencial Reformista. Habrá que esperar los resultados de la indagatoria reclamada por Almeyda Rancier. Mientras tanto, envíele una nota a la gente de Guinnes, pues a lo mejor es un récord ese de la caída de dos ascensores en una misma instalación…

Mi querido  Magino, ayer vi en el «Archivo de Aliro», una foto que trae al Coctelero muy gratos recuerdos de la visita que hicieron al país los Dodgers, entonces de Brooklyn, para su entrenamiento de primavera de 1948. La foto del buen amigo Aliro Paulino hijo, muestra a nuestro Julián Javier, entonces estelar intermedista de los Cardenales de San Luis, junto a un retirado torpedero de los Dodgers, Pee Wee Reese. Los Dodgers vinieron junto a su equipo sucursal, el Montreal. Los Esquivadores se hospedaron en el Jaragua, incluyendo a sus dos jugadores negros, Jackie Robinson, quien había acabado de romper la barrera racial en 1947, y el serpentinero Dank Bankhead. El Montreal se hospedó en el hotel San Cristóbal, de la ciudad del mismo nombre. Otros dos jugadores negros cerraban filas con el Montreal, el receptor Roy Campanella y el lanzador Don Newcombe, dos futuras estrellas. ¡Magino, sesenta años no es nada!

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