Coctelera

Coctelera

”Unos 250,000 quintales  de batata entran al mercado. Úsela en mala-rabia, pues de cualquier otra forma, sofoca”. Farmacia Mella…

El Movimiento  de Observadores Electorales de la Organización de los Estados Americanos (MOE-OEA) acaba de reiterar que el proceso electoral del pasado 16 de mayo se realizó exitosamente y que la voluntad de los dominicanos, libremente expresada en las urnas, se ha respetado.

La Junta Central Electoral (JCE), por su parte, calificó de legítimo y legal el gobierno que iniciará el reelecto presidente Leonel Fernández el próximo 16 de agosto. Y el juez Roberto Rosario, presidente de la Cámara Administrativa, y sin duda el de mayor presencia en la organización de los comicios, rechaza que el peledeísmo comprara 300,000 cédulas de identidad y electoral para evitar que un número igual de personas sufragara por el candidato perredeísta Miguel Vargas Maldonado. ¡Los dimes y diretes a la orden del día!…

Magino,  no crea usted que MOE-OEA se puso a jugar y que todo fue elogio al proceso electoral. Por el contrario, el grupo internacional hace una serie de observaciones muy interesantes, que deben ser tomadas en cuenta por las autoridades y partidos políticos dominicanos. MOE-OEA cree necesario que se dicte una ley de garantías electorales que regule el papel del Estado, sus recursos y las actividades de sus funcionarios en las campañas electorales. Es evidente que se tiene que poner un freno al uso de los recursos del Estado a favor de un candidato, así como acabar con la  práctica de que los recintos oficiales sean convertidos en cuarteles políticos…

MOE-OEA,  con sobrada razón, recomienda reforzar la JCE en su aspecto legal, pero  que cualquier reforma debe hacerse en el ámbito de un consenso amplio entre todas las fuerzas políticas. Para dar fuerza a la JCE al investigar denuncias, se recomienda la creación de una Fiscalía Electoral que pueda investigar de oficio. Como se verá,  donde las dan, las toman…

El Sistema Económico  Latinoamericano  afirma que la producción de alimentos en América Latina y el Caribe supera en  30 por ciento las necesidades de su población, pero el alza en los precios hará que surjan diez millones  de pobres más. ¿Cómo es la vaina, Magino? No entenderé, jamás, eso de que 52 millones de latinos pasen hambre, pese a tratarse de una zona exportadora de alimentos. ¿Qué hacer? ¿Reducir exportaciones para garantizar el suministro interno de alimentos, como han hecho, en cierta forma con el arroz, los mayores productores como Vietnam y Tailandia? La verdad, Magino, es que en este sistema los pobres se joden como quiera. No solo los globalizan, sino que también le pinchan el globo.

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