Coctelera

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Saludos, viejo verdecito. Tengo para decirle que el Instituto Dominicano de Cardiología, el Instituto Nacional de Diabetes, la Liga Dominicana contra el Cáncer, el Instituto del Sordo, el Instituto del Ciego, el Instituto Dominicano de Rehabilitación y el Instituto Nacional de Lucha contra la Lepra, entre otros, son organizaciones no gubernamentales, las populares ONGs. Esas organizaciones citadas prestan inestimables servicios a la sociedad dominicana y aun cuando reciben un subsidio mensual del Estado, tienen que hacer malabares para que el dinero les alcance y puedan salvar vidas, vidas que debería salvar el Estado, directamente.

Pero esas ONGs, utilísimas, no tienen la suerte de otras que perciben su borona gubernamental y que tienen que entregarse a políticos para que hagan de las suyas, inclusive, para que costeen sus campañas. Pero así es que estamos. Y con estos bueyes tenemos que arar hasta que nos pongan el stop. Y de que lo pondrán, ni modo, todo es cuestión de tiempo…  Magino, cuanta alegría experimentamos cuando se colocó el nombre del periodista Justo Castellanos Díaz a la Calle A, de El Millón, de esta ciudad. Justico, quien falleció en 1990, fue un compañero de labores por años y al ocurrir su deceso era nuestro editor internacional. Fue editor deportivo de varios diarios, secretario de Deportes y secretario del Comité Olímpico. Amó de veras el movimiento deportivo y fue un periodista de fuste. Por HOY le recordamos con gran cariño…  Mi querido viejo, hay que leer, siempre, al presidente George Bush. Ya nadie sabe del lado de la cama que se apeará este pintoresco político y jefe de Estado que se encuentra hoy enredado en las patas de los caballos. El presidente Bush como quien no quiere la cosa, acaba de decir, en Arizona, que empleará “mano dura” contra los inmigrantes ilegales y que ejercerá un mayor control de la frontera. Dijo que deportará, “rápidamente” a los indocumentados que lleguen al territorio que gobierna. Bueno, viejo bandido, si eso lo hubiera dicho, digamos, el presidente dominicano Leonel Fernández, ya numerosas ONGs y sociedades pro haitianas estarían movilizándose. Ya los grupos que no nos quitan los ojos de encima, se estuvieran reuniendo en Estados Unidos, Canadá y Francia, para acusarnos de racistas, de xenófobos y otras pendejuanas más. ¡Pero quien habló fue Bush!…  El mandatario norteamericano se olvidó de sus pronunciamientos anteriores, en los cuales ponderó el concurso económico y cultural que aportan los inmigrantes en su país y ahora se destapa con una serie de cositas que solo Bush, el omnipotente pueda usar. Dijo, por ejemplo, que la inmigración ilegal “pone presión sobre nuestras escuelas y hospitales, agota los recursos de la Policía y aumenta el crimen generando peligro para nuestros vecindarios y nuestras rutas”. Ahí mismito el mandatario gringo rechaza cualquier amnistía a favor de los inmigrantes ilegales porque “premiar a los que violaron la ley alentando a otros a violar la ley, y aumentaría la presión en nuestras fronteras”. ¡Eso, Magino del alma, puede decirlo el jefe del imperio, no alguno de los dirigentes de esta pequeña nación bananera! Si esos conceptos los externará el presidente Fernández, ni modo, ¡le abrirían fuego por los cuatro costados! ….  Pero oiga el colmo de Bush: “Somos una sociedad que da la bienvenida a los inmigrantes pero también somos una sociedad que valora el Estado de Derecho y el imperio de la ley”. Por aquí, don Magino, no podemos hacer eso. ¡Dios nos libre de ellos! Somos un alicatico gringo y nos mueven a su antojo, por pendejos y por carajetes desde luego….  Lo lindo de este cuadrito, docto Magino, es que las declaraciones de Bush coinciden con la visita al país del general John Craddock, norteamericano, desde luego, quien dirigió un estudio relacionado con la frontera dominico-haitiana, estudio que entregó o entregará al presidente Fernández. Ojalá se pueda conocer algo de ese estudio, a ver si el gas pela. Pero de seguro que no “hablarᔠen la misma forma que habló Bush. ¡Dios te libre muchacho! Haitianos por allá no, inmigrantes mexicanos indocumentados a recibir guantazos. Pero a los inmigrantes haitianos les queda este refugio que, según los grandotes, es de ellos. Y punto.

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