Hoy 
Buenas le dé Dios, mi querido Magino. Deploro no compartir su contentura por los cambios realizados anteanoche en la administración pública. Ya no creo en cambios de hombres sino de métodos. Y se acabó…
Tengo para decirle, viejo chueco, que siempre se afirma que el presidente Leonel Fernández tiene al profesor Juan Bosch por maestro. Pero no hay duda alguna que al cambiar funcionarios anteanoche recordó más bien al doctor Joaquín Balaguer, su aliado para llegar a la presidencia de la República en 1996. El joven mandatario relevó al jefe de la Policía y el relevado pasó a ser asesor del Poder Ejecutivo en asuntos policiales, cuando todo el mundo sabe que no asesorará en nada. Fernández sacó del tren administrativo a personas cuyos nombres se mencionaban en casos que trataban medios de comunicaciones, especialmente electrónicos y no en forma favorable. También a gente con dificultades con grupos de presión. Y, finalmente, retornó a la vida pública a elementos que se creían ya archivados desde los días del propio doctor Balaguer. Es cuanto…
No se ponga bravo, mi querido Magino, si alguien puede decirle otra vez que el nuestro es un Estado fallido. Pero la verdad es que es un Estado tan sólido, que el cabildo de la segunda ciudad dominicana, cuando decide instalar parquímetros en algunas de sus calles, tiene que contratar una empresa privada para que gane buenos pesos que podrían quedar en poder del propio cabildo. Mire, Maginito, somos tan inútiles que ya no podemos manejar, por nuestra propia cuenta, ni siquiera una partida de parquímetros. ¡Y después nos ponemos bravos cuando nos dan por el pichirrí!…
Afirma doña Elena que los mayores beneficiarios del proyecto reforma fiscal serán los consumidores, pues los empresarios han hecho sacrificios para que eso sea posible. Si eso es así, ni modo, hay que preparar un homenaje nacional a los empresarios a cuyos representantes se debe entregar un pergamino firmado así: La patria, agradecida…
Maginito, el magistrado Jorge Subero tiene más razón que el carajo: violencia y corrupción van unidas por las manitas. El presidente de la Suprema Corte de Justicia dijo muchas verdades en una entrevista en este periódico y es muy cierto que la corrupción incentiva la criminalidad… q Maginito querido, en el Este del país hay un pequeño paraje que cuenta con cinco bancas de apuestas, pero por allí no hay una sola escuela. ¡Qué destino! Perdone usted, viejo bandido, pero es joderse o no haber nacido. Lo triste del caso es que las bancas son autorizadas por el gobierno, todas tienen un permiso especial otorgado por el Estado jugador, explotador de las esperanzas ajenas. ¡Qué le vamos a hacer! Esperar mejore días y, mientras tanto, vivir a Fidel Castro, a quien Dios le dé muchos años de vida…
El gobierno debe abrir bien los ojos ante una denuncia de Anadegas: que en su seno hay funcionarios que estimulan el consumo del gas propano y que se vende en el país un gas de inferior calidad, con menos peso y menos fortaleza de lo debido. No decimos que la denuncia sea cierta ni cosa que se le parezca. Pero como dicha denuncia proviene de un sector que, como el de Anadegas, tiene que conocer el medio, ni modo, lo menos que se puede hacer es averiguar. Si la denuncia es falsa, pues un tapabocas para los anadeguianos. Pero si, en cambio, es rigurosamente cierta, hay mucha tela por donde cortar, desde darle una buena pela de chucho a los estafadores, hasta trancarlos por un tiempecito para que cojan cabeza y sepan, de una vez y para siempre, que no se pueden pasar la vida jodiendo a los demás…
El mismito día en que Doña Elena, con muchísima razón, abogaba por el fortalecimiento de los partidos políticos como forma de también reforzar la institucionalidad, una facción del PRI tomaba en sus manos el local principal de la institución política que fundara el licenciado Jacobo Majluta. Y todavía los contribuyentes pendejeando.
