«¿Habrá  que premiar a quienes coloquen la bandera nacional en el frente de sus hogares o de sus negocios en la conmemoración de las fiestas patrias?». Farmacia Mella… Querido Magino,  el peledeísmo no se puede quejar, pues tuvo «su día en corte» con la proclamación de su candidato presidencial doctor Leonel Fernández.

El Palacio de los Deportes, escenario de la fiesta política, tuvo un lleno más que completo y déjese de pendejadas, que la actuación de la merenguera Fefita la Grande estuvo de lo más que se yo…

Ayer nos enteramos  de que a Leonel no solo le apasionan el béisbol y el baloncesto. También usa el lenguaje de los galleros. Dijo que en las elecciones de 1996 hacían burlas de su nominación presidencial y le llamaban «pollito». Entonces expresó: «He ahí, sin embargo, que éste, apoyado en la fuerza arrolladora del pueblo, se convirtió rápidamente en un gallo de pelea que hizo derribar a su opositor en el segundo asalto cuando le propinó un espuelazo colorao junto a un golpe morado de bolsón»…

Llamó la atención  el hecho de que el presidente Fernández no se refiriera por su nombre al candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Lo identificó como al «entonces secretario de Obras Públicas. En una oportunidad, refiriéndose a Vargas Maldonado dijo que «el candidato de los blancos aparece acompañado por un grupo coral de bravucones y fanfarrones, especialistas en el ultraje, la infamia y el insulto». El candidato peledeísta dedicó la mayor parte de su largo discurso a enumerar las obras que ejecutaría su gobierno en caso de ser reelecto. Ese discurso, Magino, puede ser tomado como el programa de gobierno peledeísta. Ahora, mi estimado amigo, a esperar la cambimba que le darán desde la oposición al presidente Fernández, especialmente los piropos que le soltará el PRD…

Dígame una cosa,  caro Magino, ¿estaba orejeado Euclides Gutiérrez Félix de que el presidente Fernández anunciaría que si repite se construiría un elevado en Manoguayabo? Lo pregunto por que ya don Euclides patrocinó la construcción de un local para la Policía, en Manoguayabo, con un costo de 11.6 millones provenientes de ahorros en la Superintendencia de Seguros…Johnny Naranjo, mi querido Magino, fue un hombre fundamentalmente bueno. Jamás le escuché hablar mal de persona alguna. Johnny fue una autoridad como comentarista deportivo, codeándose con lo más representativo de esa crónica, dentro y fuera del país. Fue modesto en toda ocasión y le gustaba, como se dice, «el bajo perfil». La muerte de Johnny el pasado sábado representa una pérdida para la crónica deportiva en particular y para la sociedad en general. Paz a sus restos y nuestro pésame a sus familiares, especialmente a su esposa Yolanda.