Coctelera

Coctelera

“Los bancos  comerciales de los Estados Unidos le dicen a sus colegas de la República Dominicana: préstame tu blindaje, hermano”. Farmacia Mella…”

Cada vez  crece el número de militares y policías en el negocio de las drogas. O cada vez el negocio de las drogas tiene más militares y policías”. Farmacia Mella…

“Cesa”  no es nombre propio alguno. Es, simplemente, una forma del verbo cesar. El nombre propio es el de César, que lleva el secretario de la Presidencia, doctor César Pina Toribio, un probo funcionario y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), respetado por sus compañeros y por sus opositores debido a sus ejecutorias limpias a tiempo completo. Pues bien, mi querido Magino, al primo César le tocó anteanoche dar cuenta de que la paz había retornado al reino del senador oficialista Wilton Guerrero; al procurador general de la República, Rhadamés Jiménez, y el señor Bienvenido Montero, gobernador de Peravia…

Estos caballeros  se han visto en un dime y diretes, alrededor del crimen de Paya, Baní, lugar en el que aparecieron siete cadáveres en lo que se presume un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con el tráfico de estupefacientes. El senador Guerrero estremeció el país con serias acusaciones contra las autoridades y ha exigido que se identifiquen los autores intelectuales de la matanza y aparezca el dinero o la droga. El senador Guerrero pidió al presidente Leonel Fernández que le recibiera para exponerle el asunto y el mandatario así lo hizo, durante dos horas, el pasado martes. Fue aquí cuando el primo César dijo que cesa el conflicto, aún cuando el senador Guerrero lo que dedicó no fueron cumplidos al gobernador de Peravia, Bienvenido Montero. Wilton afirma que si no aparecen los autores intelectuales de la operación y el dinero involucrado en la misma, se estaría presentando la culebra por el rabo y no por la cabeza. Hay que decir, viejo vagabundo, que en este lío había quedado un general en el aire, de la Policía, a quien Wilton acusó de ser una especie de agente de los narcotraficantes. El oficial acusó de difamación e injuria al senador y ayer la Suprema Corte de Justicia celebró una reunión de conciliación en la que no se concilió ni pescado frito. El general Hilario González, quien proclamó su inocencia varias veces, se mostró dispuesto a conciliar el caso, pero el senador Guerrero, fiel a las consignas de su partido y de su líder, rechazó esas ofertas de paz y dio a entender que “e’palante que vamos”.

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