Coctelera…

Coctelera…

Me dijeron, Maginito, que el funcionario, quien no es ministro, jamás responde llamadas de celulares. ¿Jamás? Depende, Magino, depende de quienes las formulen. Y si usted quiere algo, aprenda a escribir el nombre de la tormenta Odette.[tend] Póngale la jota al comenzar. ¿De acuerdo?….. Magino, ¿por qué se trata de rodear de cierto misterio la operación arrendamiento de un terreno ubicado en la parte posterior del hotel El Embajador? Se afirma que ese terreno pertenece al parque Mirador del Sur y es, por tanto, un área «protegida», que no puede ser negociada por gobierno alguno. Regidores expresan que Bienes Nacionales arrendó esos terrenos a una empresa identificada como Parque Embajador, S.A., cuyos dirigentes y miembros se desconocen, al menos públicamente. Se indica que los arrendatarios pagarán 4.6 millones de pesos anuales por concepto negociados valen unos doscientos millones de los hediondos…..Se responsabiliza por la operación al administrador general de Bienes Nacionales, pero el sentido común, –que parece no ser el más común de los sentidos– indicaría que el funcionario, por su propia cuenta, no realizaría un negocio de esa envergadura. Cabe imaginarse que el administrador general dispondría de una autorización o poder otorgado por el Ejecutivo para enajenar un patrimonio estatal. Es decir, Maginito, aparentemente los regidores cogen piedras para los más chiquitos y llegan al extremo de buscar supuestos antecedentes que afectan al funcionario, quien si bien tiene fama de psico-rígido, también se le ha conciderado un hombre honrado…..Desde luego, viejito vagabundón, nunca acabaremos de entender por cuales motivos hay tantos secretos alrededor de esta pendejadita. ¿Qué impide, por ejemplo, que se den los detalles de esta operación? ¿Qué evita que Medio Ambiente diga, oficialmente, si la misma contó con su aval? ¿Puede la administración central negociar el área citada, si la misma se supone «protegida»? ¿Quiénes son los promotores de las torres de más pisos que el carajo que se proyectan construir allí? ¿Figurarán «todos los que están» y «no todos los que son?». ¿Pasará como en otras gigantescas operaciones, en las cuales hay jureles encubiertos? ¿Por qué se arriendan y no se venden las tierras objeto del asuntito? ¿No es eso rarito? ¿Tiene el Estado algo que ver con las torres? Mire, viejito vagabundón, aquí se han dado casos de operaciones muy limpias, muy legítimas, que han generado suspicacias de todas clases, por el solo hecho de estar bajo la responsabilidad de funcionarios arrogantes, de esos que hacen las cosas «porque sí», «porque me viene en ganas hacerlo»…..El señor Ignacio Méndez, presidente de la Federación de Asociación de Industrias de la República Dominicana soltó un peñón que ni Odette lo mueve: establecer la confianza en el país no se logra ni con presión ni con guardias. Y como si todo eso fuera poco, añade que los empresarios, los ciudadanos que sacan sus dólares de este paraíso, se guían por las recientes experiencias vividas por Argentina y Venezuela. ¡Mamacita!…..Maginito, ¡qué mucho me ha sorprendido que todavía se ignore, públicamente al menos, si la embajada de los Estados Unidos invitó a almorzar al aspirante presidencial Raúl Pérez Peña (El Bacho). A lo mejor eso no se hace a sabiendas de que El Bacho, que no es pendejo alguno, no se meterá «en las entrañas del monstruo», como decía José Martí…..Dice don Jesús Vázquez, el perredeísta y reeleccionista presidente del Senado, que le intervienen sus teléfonos y que, por tanto, reclama una legislación que impida esa vagabundería. ¿Quién espía a don Chú? Lo lindo del caso, Maginito, es que el senador Vázquez, quien nos recuerda al profesor Jirafales de «El Chavo del 8», por grandote desde luego, cree que esa intercepción telefónica vagabunderística se acaba con leyes. ¡No joda nadie! Aquí ese es un negociazo para unos cuantos camajanes que se han enriquecido y ganado preeminencia hasta con el chantaje; ha sido un modo de espiar a los demás que ha logrado adeptos en civiles, militares y hasta en gente que viste hábitos de los que usted está pensando. Bonito es cuando usted oye pontificar a unos cuantos guanajos de que solo se pueden intervenir teléfonos con órdenes de un juez, cuando esos guanajos saben que hasta el de ellos está «pinchado» porque eso se juzga oportuno». Por eso, Maginito, diga lo que le venga en ganas por teléfono y no se olvide de mencionarle la mamacita al que graba. Para fines de récord. Es lo único que usted puede hacer ante el abuso de los hipócritas y atropelladores de derechos.

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